Descubre cuáles son las claves de la nueva ley de baterías para la UE
El Parlamento Europeo acaba de dar luz verde a la normativa que pretende que las baterías y pilas sean más duraderas, sostenibles y eficaces. Y es que esta afecta tanto al diseño, como a la producción y la gestión de residuos de todos los tipos de baterías que se vendan en la UE.
Además, estipula el etiquetado obligatorio para las baterías de cualquier tipo de vehículo eléctrico (ya sean coches, camiones, autobuses, bicicletas o patinetes), introduciendo un “pasaporte digital” que informará del tipo de batería y composición, la huella de carbono en g/CO₂ de la fabricación, su capacidad o el tipo y proporción de sustancias peligrosas.
Las claves de la nueva ley de baterías para la UE
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Ante la previsión de un fuerte impulso en la demanda de baterías en Europa, provocado por los 30 millones de vehículos eléctricos que, según la UE, conducirán sus ciudadanos de aquí a 2030, la Comisión ya presentó en 2020 una propuesta de regulación sobre baterías y pilas que tenía como objetivo unificar criterios de fabricación e impulsar el mercado interno de baterías.
La propuesta, que por fin va tomando forma, también pretende “promover una economía circular y reducir el impacto ambiental y social en todas las etapas del ciclo de vida de las baterías”.
Así, la nueva ley abarcará todo el ciclo de vida de las baterías: desde la fase del diseño hasta el final de su vida útil, para garantizar “que la demanda se satisfaga con baterías más ecológicas, con menos emisiones y fabricadas con materiales reciclados”.
En este sentido, y teniendo en cuenta que la fabricación de baterías depende en gran medida de la importación de materias primas críticas con un importante impacto ambiental y social, habrá obligación de utilizar un mínimo de cobalto, litio, níquel y plomo reciclados. Además, se tendrán que etiquetar adecuadamente.
En esencia, estas son las medidas clave previstas por el reglamento europeo:
- Una declaración obligatoria de la huella de carbono generada y una etiqueta para las baterías de vehículos eléctricos, VMP como patinetes y bicicletas eléctricas y las baterías industriales recargables con una capacidad superior a 2 kWh.
- Un pasaporte digital de la batería para las baterías de bicis y patinetes eléctricos, las baterías industriales con una capacidad superior a 2 kWh y las baterías de coches eléctricos. Será obligatorio como mucho para 2026.
- Diseñar las baterías portátiles de los electrodomésticos de tal manera que los consumidores puedan quitarlas y reemplazarlas fácilmente.
- Objetivos más estrictos de recogida de residuos o reciclaje: para las baterías portátiles: 45% para 2023, 63% para 2027 y 73% para 2030; para las baterías de bicis y patinetes eléctricos: 51% para 2028 y 61% para 2031.
- Niveles mínimos de materiales recuperados de las pilas usadas: litio: 50% para 2027 y 80% para 2031; cobalto, cobre, plomo y níquel: 90% para 2027 y 95% para 2031.
- Niveles mínimos de contenido reciclado procedente de la fabricación y los residuos de los consumidores para su uso en nuevas baterías ocho años después de la entrada en vigor del reglamento: 16% para cobalto, 85% para plomo, 6% para litio y 6% para níquel.
- Trece años después de la entrada en vigor (lo que podría ser ya de cara a 2035 o 2036) de la normativa estos ascenderán a: 26% para cobalto, 85% para plomo, 12% para litio y 15% para níquel.
Según el parlamentario italiano Achille Variati: “Acordamos medidas que benefician en gran medida a los consumidores: las baterías funcionarán correctamente, serán más seguras y más fáciles de quitar”.
“Nuestro objetivo general es construir una industria de reciclaje de la UE más sólida, especialmente para el litio, y un sector industrial competitivo en su conjunto, lo cual es crucial en las próximas décadas para la transición energética y la autonomía estratégica de nuestro continente”, añade.
Después de la votación final en el pleno, el Consejo deberá respaldar formalmente el texto antes de su publicación en el Diario Oficial de la UE en breve y su entrada en vigor. Algo, que previsiblemente podría suceder el año que viene.
Así, por primera vez Europa contará con una normativa que abarque todo el ciclo de vida de las pilas y baterías, “un planteamiento que es bueno tanto para el medio ambiente como para la economía”, según el eurodiputado.
Habrá que ver cómo afecta esta normativa a los fabricantes y, por tanto, a los compradores de vehículos eléctricos. Y es que, por un lado, la estandarización de las baterías de los coches eléctricos es muy importante para fomentar la adopción de esta tecnología y para garantizar la interoperabilidad, eficiencia, seguridad y sostenibilidad de estos vehículos.
Por otro, cuando se establecen estándares de calidad para las baterías, se pueden identificar y corregir problemas más fácilmente, lo que puede mejorar la fiabilidad de las baterías y reducir el riesgo de fallas prematuras.
Además, estableciendo requisitos mínimos de rendimiento para las baterías, se puede garantizar que estas sean capaces de soportar un cierto número de ciclos de carga y descarga. En el lado negativo de la balanza, de suponer un esfuerzo para los fabricantes, estas medidas podrían acabar afectando al precio final.
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