Avanza la carrera por electrificar el transporte aéreo. Lo último, este motor de propulsión eléctrica que puede representar “un paso de gigante hacia un futuro de aviación sostenible”
La empresa canadiense Duxion Motors ha probado con éxito su nuevo motor eJet: el primer motor eléctrico de propulsión rim-driven del mundo. La innovadora tecnología de este motor compacto puede hacer posible el sueño de la aviación eléctrica y sin emisiones gracias a una relación potencia-peso sin precedentes y a su posibilidad de adaptarse para propulsar a los aviones más grandes.
Electrificar el transporte está resultando mucho más complicado de lo que se esperaba. El sector automovilístico ha sufrido un frenazo en la producción de coches eléctricos debido al bajón de ventas en países como EEUU. Mientras que seguimos siendo incapaces de hacer que los viajes por avión dejen de generar emisiones, a pesar de los avances que estamos viendo últimamente con los nuevos combustibles sintéticos.
El mayor problema de la electrificación de la aviación es el mismo que hace que no acabe de despegar en el sector de la automoción: las baterías. El paquete de baterías que necesitan los motores eléctricos para funcionar es pesado y condiciona la sustentación necesaria para el vuelo, lo que afecta también al peso que pueden llevar y la distancia que pueden recorrer.
Sin embargo, una compañía está trabajando en un nuevo motor que promete una eficiencia inaudita por cada vatio de potencia que puede hacer que la industria aeronáutica esté al borde de una nueva revolución.
Un nuevo motor revolucionario
Los motores rim-driven fan (RDF) son una idea propuesta por primera vez en 1940 que se ha usado mucho en la propulsión marítima, pero que no se ha podido aplicar a la aviación hasta que han llegado los avances tecnológicos del siglo XXI. A diferencia de los motores tradicionales —donde las aspas se unen en el centro del motor para mover una turbina—, en los RDF las aspas se fijan directamente al exterior de la estructura, formando un rotor completo. En ese borde exterior también están los elementos electromecánicos que hacen que el rotor se mueva. Este diseño da como resultado un sistema más eficiente, silencioso y sencillo de manejar.
El resultado es un motor compacto y enormemente eficiente, que tiene una arquitectura muy sencilla, pero con un rendimiento equivalente al de los motores alimentados con combustibles fósiles.
Esa simplicidad del diseño también se traduce en un mantenimiento más sencillo y menos problemas con las certificaciónes. Esto, dicen sus creadores, los convierte en sistemas escalables y versátiles que, al contrario que ocurre con otros motores eléctricos aeronáuticos, se pueden usar incluso en los grandes aviones de pasajeros.
El eJet
Duxion lleva desde 2019 trabajando para desarrollar su motor aeronáutico rim-driven. El éxito de las pruebas en tierra del pasado mayo del eJet ha supuesto un espaldarazo para la compañía. A día de hoy ya tiene firmado un acuerdo estratégico de 500 millones de dólares canadienses (unos 340 millones de euros) con Dymond Aerospace para equipar con 200 motores eJet su próxima flota de 100 aviones de carga autónomos.
Rick Pilgrim, presidente y consejero delegado de la compañía, está tan seguro del nuevo motor que hace unos días declaró al medio especializado Skies Magazine que “representa un paso de gigante hacia un futuro de aviación sostenible”.
La compañía espera que una vez listos, estos motores puedan proporcionar un empuje equivalente al de los motores utilizados en los aviones regionales de 50 plazas como el CRJ100 de Bombardier.
Los vuelos sin emisiones del futuro
Además de Duxion hay otras compañías trabajando para crear motores eléctricos más ligeros, fiables y eficientes que puedan propulsar a los aviones eléctricos de pasajeros más grandes. Como apunta The Debrief, hay compañías como las estadounidenses Wright Electric y H3x que tienen muy avanzados los desarrollos de motores eléctricos capaces de propulsar aviones de pasajeros con una eficacia sin precedentes.
El motor de Wright de 2 megavatios es capaz de desarrollar 2.700 caballos de potencia. Aunque su plan no es adaptarlo a fuselajes ya existentes, sino colaborar con otros fabricantes para construir un avión eléctrico híbrido que combine una propulsión eficiente con la autonomía de los motores de combustible líquido.
Por su parte, el motor de imanes permanentes de flujo radial de H3X utiliza materiales puede llegar a alcanzar los 10 kW/kg, el doble, dicen, de la potencia de los motores eléctricos de aviación actuales.
El otro campo de batalla para reducir las emisiones es la creación de nuevos combustibles. El último paso en este campo lo acaba de dar Rolls-Royce, que ha realizado con éxito pruebas usando el combustible sintético SAF en uno de sus nuevos motores de última generación, el Pearl 700. El test sigue a otra batería de pruebas en tierra de su motor Trent 1000 en los que un motor estándar fue alimentado exclusivamente con combustible SAF al 100%, sin mezcla alguna.
Actualmente, el empleo de SAF solo está certificado para su uso en aviación civil cuando se mezcla con combustible para aviones convencional a un máximo del 50% pero, según la compañía británica, se puede utilizar en todos los motores Rolls-Royce actuales sin problemas sin ningún tipo de mezcla.
El Confidencial