¿Qué sucede realmente con las baterías de los coches eléctricos al final de su vida útil?
Con el aumento en la fabricación, interés y venta de coches eléctricos, hay empresas que han encontrado un filón en el reciclaje de las baterías que utilizan, una vez que dejan de ser útiles para el automóvil que las incorpora.
Y es que, aunque hay quien piensa que acabarán amontonándose en vertederos destinados a tal fin, lo cierto es que hasta el 95% de los minerales utilizados para la fabricación del componente se pueden recuperar y reciclar.
Los incentivos estatales de algunos países, como Estados Unidos, están haciendo que las plantas dedicadas a esta tarea crezcan tan rápido, que para 2030 tendrán una capacidad que apenas podría ser cubierta con la baterías eléctricas que se espera que se desechen durante ese ejercicio.
Más demanda que oferta
Así lo asegura el estudio de ABI Research, que ha estimado que las plantas de reciclaje de Norteamérica podrían asumir una carga de 1,3 millones de paquetes de baterías, cuando la realidad es que para entonces seguramente sólo reciban unas 341.000 unidades de dicho componente.
Hablamos de una proporción crítica, de 4 a 1, y en un proceso que se conoce como minería no extractiva. Básicamente porque se obtiene litio, cobre, níquel, cobalto y otros elementos que podemos encontrar en los paquetes, sin tener que recurrir a la minería tradicional.
Como tampoco precisa de los complejos trabajos de refinado necesarios para que se puedan destinar a la construcción de las baterías que incorporan los coches eléctricos, como ejemplo de una de las finalidades que tienen.
Esto indica que será viable una economía circular de estos materiales tan valiosos, mediante un proceso más rentable que el que siguen desde la mina. Y la demanda, por tanto, será alta, pero en los próximos años no parece que ocurra lo mismo con la oferta.
Las baterías van a durar más de lo esperado
El problema, según el citado estudio, es que se han tomado como referencia los 250.000 kilómetros de vida útil que tienen, de media, los coches de combustión, cuando lo cierto es que las últimas evoluciones apuntan a que las baterías de los vehículos eléctricos van a durar bastante más que eso.
Se pone de ejemplo el nuevo paquete de baterías anunciado por el fabricante CATL, que ya suministra a unas cuantas marcas de coches, y para el que se garantizan 1,5 millones de kilómetros de vida útil, que son seis veces más que la media tomada como punto de partida.
Lo que empieza a preocupar ahora, no es la falta de capacidad para el reciclaje de las baterías, sino la falta de trabajo, lo que, según el informe, podría acabar dando como resultado tasas o medidas antieconómicas, o incluso el cierre de plantas.
Otro efecto negativo que podría tener este escenario, es que se acaben enviando a las plantas de reciclaje un buen número de baterías que todavía tendrían un tiempo de uso, pero como forma de minimizar el impacto ante la falta de stock.
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