Las desiguales regulaciones de cada país han hecho que se normalice el hecho de que en el llamado Sur Global (África, América Latina o Medio Oriente) se vendan coches nuevos sin airbags que en Europa tendrían cero estrellas en las pruebas de choque. Y también que en estas regiones entren cada año millones de coches de segunda mano que no queremos en Occidente.
Y no son pocos. Entre 2015 y 2022 se exportaron al Sur Global 23 millones de vehículos ligeros usados, con Sudáfrica como punta de lanza de un gran problema: se calcula que circulan por las carreteras 440.000 coches usados importados ilegalmente. Son los llamados coches grises, y pueden ser mortales.
“Los coches grises matan. Son un peligro para la seguridad y la salud públicas”
Sudáfrica se ha convertido desde hace tiempo en un vertedero de productos de inferior calidad que proceden principalmente de Europa, Estados Unidos, Emiratos Árabes y Canadá, pero también de Turquía o Corea del Sur o Japón. También Benín sufre este problema: por su puerto pasan cada año cerca de 400.000 coches con una edad media de 18 años y muchos completamente destrozados.
En el caso de Sudáfrica se trata de un problema de gestión y control. Andrew Kirby, presidente interino de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles de Sudáfrica, explica que solía haber estructuras organizativas en los puertos que el Servicio de Ingresos de Sudáfrica y el Regulador Nacional de Especificaciones Obligatorias utilizaban para prevenir la actividad ilegal, pero que han desaparecido.
Aunque el país cuenta con leyes para impedir esta práctica, los contrabandistas desembarcan los vehículos en países vecinos y son introducidos de forma ilegal y vendidos posteriormente a precios atractivos. En 2022 África importó casi la mitad de sus vehículos usados de la UE.
Ante este problema Sudáfrica obliga a los conductores a entregar los coches importados ilegalmente y la Agencia Tributaria los puede confiscar y destruir, y para los importadores la multa es de unos 3.500 euros y hasta tres años de cárcel. El objetivo del Gobierno es reducir a la mitad el número de coches grises en las carreteras sudafricanas en los próximos cinco años y establecer un sistema de etiquetado electrónico fácilmente rastreable para la policía.
Este contrabando ilegal no solo perjudica el empleo local y los ingresos de de los fabricantes: “Los coches grises matan. Al no pasar por controles de seguridad y emisiones rigurosos en los puertos de desembarco, son un peligro para la seguridad y la salud públicas”, explica a El País Ngwako Makaepea, vicedirector general del Ministerio de Transportes sudafricano.
El último informe de Naciones Unidas sobre exportación de vehículos de segunda mano al Sur Global detalla que entre 2015 y 2022 Japón fue el mayor exportador (casi 8 millones), seguido de la Unión Europea, EEUU, Japón y Corea. Pero en 2021 y 2022 la UE lideró el número de exportaciones a Europa del Este y África. Si bien los vehículos fuera de uso se consideran residuos peligrosos y su exportación desde la UE a países no miembros de la OCDE está prohibida, este no es el caso de los vehículos usados que no han alcanzado formalmente la etapa de residuo.
Para hacer frente a esta situación, se estableció un nuevo modelo según el cual solo se autorizaría la exportación desde la Unión de vehículos aptos para circular (turismos, furgonetas, camiones y autobuses). Pero no será suficiente.
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