Su nombre es Francisco Benítez, inventó una máquina y químicos que convierten el aceite usado en combustible listo para su uso en vehículos compatibles
Francisco Benítez es un auténtico genio que aprendió e inventó por necesidad la fabricación de su propio combustible para vehículos. Lleva 20 años sin pisar una gasolinera y su coche pasa la ITV en Ceuta sin problema alguno, pues el combustible no contamina.
Benítez es lo que se conoce como un genio desaprovechado, a pesar de todas sus capacidades no ha encontrado lugar para desarrollarlas y ganarse la vida con ellas, algo que le encantaría.
Paco está abierto a colaborar o trabajar de la mano de alguien que le ofrezca un trabajo o un tipo de negocio que permita seguir desarrollando sus capacidades.
Además de inventar y fabricar su propio combustible, es un mecánico capaz de arreglar incluso reliquias de más de 100 años. Aprendió de su padre, pero sus propios experimentos e inquietudes lo llevaron a convertirse en un auténtico genio escondido en una lámpara llamada Ceuta.
En cuanto al combustible, la materia prima utilizada para su fabricación es aceite usado de bares amigos que lo entregan a cambio de manteles o cucharas de plástico.
En una máquina inventada por él vierte el aceite, lo filtra y mezcla con una sustancia química también creada por Benítez. Esta mezcla está compuesta por unas pastillas que disminuyen la densidad del aceite para obtener un acabado más líquido.
Pero, como cualquier genio, Benítez no revelará todos sus trucos, aunque si el motivo es firmar un contrato de trabajo con una empresa, ahí sí que sería posible conocer la fórmula magistral de este ceutí.
El funcionamiento de la máquina
Benítez mostró todo el funcionamiento de esta máquina en directo para FaroTV. El primer paso es disponer de una garrafa de aceite usado, en este caso de 25 litros.
Este aceite debe pasar una primera filtración para eliminar residuos de comida y reposar durante tres meses para que los asientos del aceite se acoplen en el fondo de la garrafa.
Una vez listo se vierte a la máquina para su conversión. Debemos hacer un inciso para resaltar que esta mezcla no sirve para todo tipo de vehículos. “A largo plazo hay que estar limpiando filtros y haciendo muchas cosas, sirve sobre todo para los coches antiguos como Mercedes 240 o vehículos con bomba en línea”.
Una vez vertido a través de un embudo, se pone en marcha el paso del embudo al bidón principal a través del motor de una lavadora. “Ya se ha puesto el motor de lavadora en marcha que lo saca con una bomba que tiene del cárter del Mercedes y lo va pasando de un lado a otro y filtrando al mismo tiempo con piezas que he reciclado de los coches”.
Tras esto, es el turno del producto químico inventado por Benítez. “Si le echo mucha resulta que el coche se acelera mucho, por lo que no tengo que echarle tanta”.
La máquina capaz de convertir el aceite en combustible es pequeña. “La hice en miniatura porque no tengo mucho espacio, pero lleva muchos circuitos, casi todo mecánico. Yo no quiero electrónica porque estropea las cosas”, aclara este inventor.
La máquina es capaz de detectar cuando la garrafa colocada para verter el combustible ofrecido está llena, por lo que se detiene por sí sola.
El último filtro por el que pasa el aceite convertido es un embudo de trapo “que se puede conseguir en los chinos”. Este embudo elimina todos los residuos eminentes.
Este sería el proceso mediante el que Benítez convierte el aceite usado en combustible.
¿Cómo aprendió Paco a elaborar todo esto?
El ceutí resalta que este invento surgió de la necesidad. “Con el precio que ha alcanzado el gasoil no habría manera de poder darse una vuelta con el coche, por eso me lo fabrico”.
Este hombre trabajaba en una chatarrería y su aprendizaje vino de “montar y desmontar” los aparatos que había en ella. “Cualquier máquina que veía la abría y me fijaba en los mecanismos que tenía en su interior”.
“Los primeros juegos de luces con los que trabajé no existían en Ceuta, venían del extranjero. Yo los hacía con motores de lavadoras, programadores, juegos psicodélicos, altavoces…”, cuenta Benítez.
Cuenta con documentación sobre su mezcla porque, según cuenta, “querían hacer unos contratos conmigo, aunque al final no los finalizamos, pero tengo los papeles guardados para el día que alguien quiera homologar los químicos inventados por mí, puedan ponerse en contacto conmigo”.
Benítez no comercializa su invento, es para uso propio y siente una gran indignación sobre su estado de desempleo. Una vez pidió ayuda al Ayuntamiento para poder desarrollar algún trabajo, pero no le tendió la mano.
“Sin embargo, hay gente en el Ayuntamiento que no sabe ni dibujar el 0 a la izquierda y tienen un trabajo que… Yo que sé, para qué voy a decir más”, lamenta Paco.
Tras la demostración del funcionamiento de la máquina y la obtención del combustible solo quedaba comprobar si la sustancia adquirida funcionaba correctamente y servía para que el vehículo arrancara.
Probando el combustible en el vehículo
FaroTV fue testigo de cómo Paco añadía este combustible a su vehículo, se montaba en el coche, arrancaba y el vehículo circulaba sin problemas. Además, el tubo de escape no echaba humo, lo que demuestra que es una sustancia limpia, y debe de serlo, por el contrario, no pasaría los filtros de la ITV.
La televisión de El Faro se montó en el coche de Benítez y pudo disfrutar de un agradable paseo de vuelta en el vehículo de un genio que se autoabastece de su propio combustible.
Francisco Benítez ha querido comunicar sus intenciones de encontrar un trabajo digno para seguir desarrollando sus capacidades, por lo que si alguien está leyendo esto y es capaz de apreciar la genialidad que esconde, no duden en brindarle una oportunidad.
La necesidad lo llevó a inventar, pero su ilusión sería poder obtener un trabajo o contrato con alguna empresa para desarrollar su fórmula con el objetivo de poder ofrecer a sus hijos muchas de las cosas que él no ha tenido.
El Faro de Ceuta