- La colaboración busca reducir la dependencia de combustibles fósiles y potenciar la independencia energética.
- Son las empresas y no los cargadores lo que frena el coche eléctrico.
- Coches eléctricos sí, pero primero ayudas e infraestructuras.
Con España rezagada en la venta de coches CERO emisiones, la nueva colaboración entre los fabricantes de automóviles e Iberdrola busca acelerar la instalación de infraestructuras de recarga y potenciar el crecimiento del coche eléctrico en nuestro país.
La movilidad eléctrica en España da un paso al frente con la alianza entre Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) e Iberdrola, el operador líder en infraestructura de recarga. Esta colaboración busca acelerar la transición hacia un transporte libre de emisiones, fomentando la electrificación del parque automovilístico nacional y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
El reto ahora es acelerar la instalación de puntos de recarga y fomentar medidas que faciliten el acceso al vehículo eléctrico para todos los ciudadanos. La descarbonización del transporte ya está en marcha, y esta alianza es clave para que España no se quede atrás.
España, líder en fabricación pero rezagada en electrificación.
Con 18 fábricas y la producción de 27 modelos de vehículos eléctricos e híbridos enchufables sobre un total de 40, España es un actor clave en la industria automovilística europea. Sin embargo, la penetración del coche electrificado en el país sigue siendo baja, con solo un 11% de cuota de mercado en 2023, frente al 20% de la media de la Unión Europea.
Infraestructura de recarga: el reto pendiente
Iberdrola ya cuenta con más de 8.400 puntos de recarga en funcionamiento con garantía de origen 100% renovable y otros 4.000 en proceso de instalación. Esta red de recarga es esencial para impulsar la confianza en el vehículo eléctrico y facilitar su adopción masiva en España.
Según Mario Ruíz-Tagle, CEO de Iberdrola, «la electrificación es imparable y la movilidad eléctrica ha llegado para quedarse. El coche eléctrico representa no solo una oportunidad para la industria automovilística española, sino la reducción de nuestra dependencia de los combustibles fósiles y sus emisiones. Además, tiene múltiples beneficios para el usuario final, como el ahorro de combustible (cargar un coche eléctrico es más económico que repostar gasolina o diésel), la ausencia de ruido o mayor confort (la conducción es más silenciosa y suave)».
Por su parte, Josep María Recasens, presidente de ANFAC, ha destacado que las sinergias entre el sector energético y la automoción son más fuertes que nunca, y eso se traduce en tecnología, negocios y servicios de valor añadido». La colaboración permitirá descarbonizar toda la cadena de valor del sector automovilístico, desde la fabricación hasta el uso final de los vehículos.
Fuente | eleconomista.es