La industria automovilística española respira aliviada tras conocer el nuevo plan de emisiones de Bruselas: «No vamos a dejar de esforzarnos»

Las figuras clave de la industria española valoran positivamente la ‘tabla de salvación’ proporcionada por la UE y se comprometen a cumplir con los objetivos medioambientales, sin la amenaza de sanciones multimillonarias en el horizonte.

La industria automotriz española respira aliviada tras conocer el nuevo plan de emisiones de Bruselas: «No vamos a levantar el pie del acelerador.» La industria automotriz española respira tras conocer el nuevo plan de emisiones de Bruselas. Agencia EFE

Este miércoles, la industria del motor español se reunió en el congreso anual de Faconauto para examinar los desafíos que enfrenta su sector y, inevitablemente, valorar el plan de acción que la Comisión Europea presentó en paralelo al transcurso de la jornada celebrada en Madrid. Días antes, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ya había adelantado una de las principales líneas del plan: la flexibilización de los plazos para cumplir con los nuevos límites de emisiones de CO2.

En otras palabras, un respiro para una industria que ya provisionaba multas de 15.000 millones de euros en el plano continental por no alcanzar los exigentes objetivos planteados por la UE para 2025. Inicialmente, esta normativa, llamada Clean Air for Europe (CAFE), exigía a los fabricantes reducir de 115 a 93,6 gramos por kilómetro las emisiones emitidas, en promedio, por sus coches vendidos este año. Sin embargo, después de mantener un diálogo colectivo con el sector, Bruselas ha decidido otorgar más tiempo y concede ahora tres años para lograr estos objetivos.

«Estamos muy satisfechos y agradecidos de que la UE haya sido capaz de replantear estos objetivos,» reconoció durante su intervención en el foro Josep María Recasens, representante de los fabricantes españoles como presidente de Anfac. El también responsable del negocio de Renault en España aplaude la hoja de ruta trazada por Bruselas en su política de emisiones, argumentando que esta decisión «no significa renunciar a los objetivos, sino flexibilizar el camino.» En ocasiones anteriores, Recasens había sido especialmente crítico con las multas derivadas de este plan, dirigidas exclusivamente hacia los fabricantes.

Su homóloga al frente de Faconauto y los concesionarios españoles, Marta Blázquez, también recibe con entusiasmo el ‘respiro’ europeo y valora que «se vuelva a apostar por la neutralidad tecnológica como vía para alcanzar los objetivos de 2035». Sin embargo, la presidenta de la patronal advierte de que la adopción de esta estrategia no se puede retrasar y «debe traducirse en medidas concretas que faciliten la transición a los ciudadanos, porque son ellos quienes deben impulsar la demanda de vehículos de bajas emisiones».

En la misma línea se pronuncian desde el sector de la distribución. Gerardo Cabañas, presidente de Ganvam, insta a la Comisión a «no perder tiempo» y advierte de la necesidad urgente de concretar medidas eficaces orientadas a estimular la demanda para no alejarnos del objetivo de cero emisiones. Desde la patronal que representa a los vendedores españoles, se aboga por que el plan cuente con un enfoque tecnológico más flexible y «no se discriminen tecnologías que favorezcan la descarbonización».

¿Qué estrategias seguirán ahora las marcas? Desde una perspectiva comercial, el plan de Bruselas ofrece ahora a los fabricantes una estrategia más flexible para reducir las emisiones de sus flotas. Este nuevo paradigma fue objeto de debate entre los portavoces de grandes empresas que operan en el mercado español, como Volkswagen, Renault y Toyota, en una intensa mesa redonda que expuso distintas estrategias a seguir.

Fuente | 20minutos.es

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