Las carreteras principales que conectan la UE, tendrán que tener al menos un punto de recarga eléctrica para coches cada 60 km en 2026

España cuenta con un punto recarga cada 100 km

Este miércoles el Parlamento Europeo ha aprobado una nueva normativa sobre la infraestructura de los combustibles alternativos (AFIR) con el objetivo de potenciar el despliegue de estaciones de recarga y, en consecuencia, apoyar la adopción de vehículos sostenibles.

Esta nueva normativa forma parte del paquete ‘Fit for 55 in 2030’, el plan de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990.

Según el texto que fue aprobado con 485 votos a favor, 65 en contra y 80 abstenciones, para el año 2026 deberá haber al menos un punto de recarga eléctrica para coches cada 60 kilómetros en las principales carreteras de la Unión Europea.

El mismo requisito se aplicará a camiones y autobuses, pero sólo en las redes principales de la red transeuropea de transporte (RTE-T) y con estaciones más potentes. Además, habrá algunas excepciones para las regiones ultraperiféricas, islas y carreteras con poco tráfico.

Los eurodiputados también apuestan por establecer más estaciones de recarga de hidrógeno. Concretamente, cada 100 km para el año 2028, frente a los 150 km para 2031 que propone la Comisión.

La normativa establece que antes de 2027 se cree una base de datos con los combustibles alternativos que proporcione información sobre la disponibilidad, los tiempos de espera y los precios en las diferentes estaciones de toda Europa. Además, las estaciones deberán ser accesibles para todas las marcas y tener una forma de pago sencilla con información previa sobre el precio por kWh o kg.

Tras su aprobación, el Parlamento iniciará ahora las negociaciones con los Estados miembros, que deberán presentar en 2024 su hoja de ruta para conseguir dichos objetivos.

Asociaciones y organizaciones celebran la decisión de la Eurocámara

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha acogido positivamente que los eurodiputados hayan votado a favor de la nueva normativa para potenciar el desarrollo de la infraestructura de recarga.

Sin embargo, apuntan que la AFIR solo proporcionará una red mínima y que tendrá que complementarse con iniciativas del sector privado. “Los responsables políticos ya han puesto el listón muy alto para la industria automovilística en lo que respecta a los objetivos de emisiones de CO2 de coches y furgonetas. Ahora es crucial que la AFIR iguale este nivel de ambición”, ha apuntado la directora general de la asociación, Sigrid de Vries.

Además, ACEA advierte que el establecimiento de objetivos de infraestructura específicos para camiones ahora determinará las reducciones de CO2 que serán posibles en este segmento para finales de esta década.

De su lado, el grupo medioambiental Transport & Environment (T&E), pese a apoyar la decisión del Parlamento, ha pedido a los gobiernos mantengan estos objetivos, en vistas de que los ministros de Transporte de los Estados miembro apuestan por establecer unos objetivos más débiles.

Seis países de la UE no cuentan con ningún punto cada 100 km

Para alcanzar la propuesta de la reducción del 55% de las emisiones para el año 2030, se necesitarían hasta 6,8 millones de puntos de recarga públicos en la Unión Europea, lo que supone un crecimiento de más de 22 veces en menos de diez años. Actualmente, hay más de 370.000 puntos activos en los 27 países de la UE.

Es más, seis países (Lituania, Grecia, Chipre, Estonia, Polonia y Letonia) no cuentan con ningún punto de recarga por cada 100 kilómetros de carretera, mientras que 17 tienen menos de cinco en esa misma distancia. Países Bajos y Luxemburgo son los únicos países que poseen más de 50 puntos de recarga cada 100 kilómetros. Según los datos de ACEA, España cuenta con 1,6 puntos por cada 100 km.

Casi la mitad de los puntos de recarga se concentran en Países Bajos, con 90.284 cargadores (29,4% del total) y Alemania, con 59.410 cargadores (19,4%). Ambos países representan menos del 10% de toda la superficie de la UE, lo que supone que la otra mitad de los cargadores están repartidos por los 25 países restantes, que cubren el 90% de la superficie de la región. España se coloca en la octava posición, con 10.480 cargadores a cierre de 2021, lo que supone un 3,4% del total de la infraestructura de recarga europea.

Seis de cada siete puntos no son de carga rápida

No sólo hay un número insuficiente de puntos de recarga eléctrica en las redes de carreteras de la mayoría de los países de la UE, sino que la gran mayoría de ellos no cargan con la suficiente rapidez.

La velocidad de carga también es un problema importante en todo el Viejo Continente, ya que los cargadores rápidos, aquellos con una capacidad de más de 22kW, representan una mínima parte del total. Todos los demás tienen una capacidad de 22kW o menos.

A todo esto, se añade que, en más de nueve de cada diez estaciones de recarga, los clientes no pueden pagar con su propia tarjeta de débito o crédito. Según un estudio de Kantar para la iniciativa alemana de sistemas de pago (IDZ), los consumidores de las estaciones públicas de recarga eléctrica en Europa se ven obligados a utilizar sistemas de pago de circuito cerrado que a menudo implican tarjetas de recarga propias, aplicaciones o sitios web que requieren un registro previo.

IDZ ha defendido, tras la aprobación de la normativa, que las soluciones de pago uniformes, comprensibles y, sobre todo, fáciles de usar en las estaciones de carga electrónica son necesarias para una amplia aceptación de la movilidad eléctrica en la sociedad.

 

eleconomista.es

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