Adiós a las etiquetas B, C y Eco: descubre si tu coche podrá seguir circulando con el nuevo sistema de la DGT

La DGT se prepara para renovar el etiquetado ambiental de los vehículos: ¿qué cambiará?

Cuando en 2016 los conductores españoles comenzaron a recibir las etiquetas medioambientales de la DGT, pocos podían anticipar la profunda transformación que supondría para la movilidad urbana y la circulación de vehículos.

En aquel momento, se trataba simplemente de una pegatina circular que clasificaba los vehículos según unos criterios poco transparentes, basados en el tipo de combustible y el año de matriculación. Sin embargo, con el paso del tiempo, esas etiquetas se han convertido en un elemento clave para acceder o no a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), limitando el uso de millones de vehículos en ciudades de todo el país.

Un sistema de clasificación muy cuestionado

Desde entonces, han sido casi diez años de críticas y controversia, ya que el sistema de etiquetas fue diseñado sin considerar las emisiones reales de cada vehículo. Esto provocó situaciones tan injustas como que coches antiguos con menores emisiones recibieran una etiqueta inferior a vehículos más nuevos pero más contaminantes.

La propia Dirección General de Tráfico (DGT) ha reconocido en varias ocasiones que el etiquetado no ha sido del todo justo, y que algunas categorías han generado confusión o han favorecido a ciertos tipos de vehículos sin una base técnica sólida.

Etiquetas desactualizadas y favoritismos evidentes

Una de las mayores críticas ha sido dirigida hacia los vehículos híbridos enchufables, muchos de los cuales han obtenido la etiqueta Cero a pesar de contar con autonomías eléctricas muy reducidas —a menudo inferiores a 50 kilómetros— y de que la mayoría de sus propietarios apenas los recargan. Mientras tanto, otros modelos más eficientes han quedado encasillados en categorías inferiores.

Esta situación obligó a muchos usuarios a iniciar costosos y lentos procesos para reetiquetar sus vehículos, solicitando informes de emisiones a los fabricantes, sin garantía de éxito.

Un nuevo sistema basado en emisiones reales

Frente a esta realidad, la DGT ha comenzado a trabajar junto con los fabricantes en un nuevo modelo de clasificación más riguroso, que se basará en las emisiones reales homologadas de CO₂, dejando de lado el tipo de motorización o el año del coche como único criterio.

Aunque la medida supone una buena noticia para quienes compren vehículos nuevos, también ha generado frustración, ya que no se prevé un reetiquetado general para los vehículos ya matriculados. Esto significa que muchos seguirán circulando con una etiqueta que no refleja su verdadero impacto ambiental.

Lo que se sabe del nuevo sistema de etiquetas

Entre los cambios que se plantean, se contempla:

  • La creación de una «super etiqueta Cero» exclusiva para los vehículos 100 % eléctricos.
  • Una etiqueta Eco más restrictiva, reservada únicamente para vehículos híbridos.
  • Una posible etiqueta común para los vehículos de combustión sin ningún tipo de apoyo eléctrico.

Este nuevo sistema busca recuperar la credibilidad del etiquetado ambiental y garantizar que las medidas de movilidad y acceso urbano estén verdaderamente alineadas con los niveles de contaminación de cada vehículo.

Fuente | eldebate.com

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