La guerra por los aranceles europeos a los coches eléctricos fabricados en China sigue su curso. El gigante asiático ha cumplido su promesa de acudir a la Organización Mundial del Comercio para recurrir la decisión impuesta por Bruselas y que ya les afecta debiendo pagar un importante extra en las tasas aduaneras antes de ser vendidos en el continente europeo.
La medida impuesta por la Unión Europea tiene como objetivo igualar los precios con los fabricantes europeos, aunque sea de forma parcial. Una decisión que, por ahora, tiene un carácter temporal hasta que los países miembros decidan el próximo otoño. Esto es un problema ya para la OMC, que no sólo tendrá que estudiar la petición de los chinos sino también los argumentos de Europa para su implantación y con esta condición de temporalidad.
BYD no tiene prosa por fabricar en Europa, ahora mismo no le interesa
Una «sentencia» que puede tardar años en llegar, y una circunstancia que China conoce perfectamente, aunque haya demandado «una rápida intervención». Pero, mientras que este asunto internacional se dirime, China ha encontrado por dónde penetrar libre de aranceles a pesar de que sus marcassiguen buscando ubicaciones para instalar fábricas en el continente europeo. Porque, a fin de cuentas, saben que los aranceles tienen más pinta de quedarse y que la única forma de esquiva es fabricar en el Viejo Continente.
Eso tendrá consecuencias para sus arcas: sus costes de producción, de mano de obra especialmente, se incrementarán mucho más que en China, por lo que ganarán menos. España, Italia o Hungría son algunos de los países en los que las marcas chinas ya han anunciado acuerdos para construir fábricas, pero BYD ha apostado también por otro país: Turquía.
Turquía sirve sirve en bandeja la entrada de eléctricos chinos a Europa
A los de «Build Your Dreams» casi que le da igual fabricar en Europa, ya que han encontrado la puerta abierta que Bruselas no puede cerrar y echar el candado al «salto arancelario». El país otomano es una vía perfecta de entrada al continente europeo por un tratado de unión aduanera que permite a los inversores en Turquía exportar sus productos a los mercados europeos sin derechos de aduana, por lo que marcas como BYD podría introducir cientos de miles de coches eléctricos esquivando los aranceles de forma absolutamente legal.
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