Lo que parecía ciencia ficción empieza a hacerse realidad. La imagen de un cielo urbano surcado por vehículos voladores y drones, tan concurrido como las carreteras de la ciudad, ya no pertenece solo a las películas futuristas. En Japón, uno de los países más avanzados tecnológicamente del mundo, ese escenario comienza a tomar forma.
Un paso más allá de los coches autónomos
Mientras Estados Unidos y Europa concentran sus esfuerzos en desarrollar coches autónomos, Japón mira directamente hacia el aire. El Gobierno nipón cree que los taxis voladores podrían convertirse pronto en una realidad cotidiana en grandes ciudades como Tokio, y trabaja para evitar que ese futuro se convierta en un caos aéreo. Por eso ha decidido regular y organizar el tráfico aéreo urbano antes de que despegue literalmente.
El proyecto no es un experimento lejano: se pondrá a prueba durante la Expo 2025 de Osaka, que servirá como laboratorio tecnológico para ensayar el nuevo modelo de movilidad. Según fuentes de Aerospace Global News, el país asiático instalará un sistema digital de gestión del tráfico aéreo (UTM, Unmanned Traffic Management), una especie de torre de control virtual diseñada para coordinar drones y aeronaves no tripuladas dentro del espacio urbano.
Un “carril aéreo” regulado
El objetivo de este sistema es crear un corredor aéreo seguro y eficiente para los nuevos medios de transporte. Para lograrlo, Japón apuesta por tecnologías de control avanzado como el geofencing, que delimita zonas virtuales de vuelo y prohíbe la entrada de aeronaves en áreas restringidas. Esta herramienta permitirá evitar colisiones, proteger espacios sensibles y garantizar la seguridad tanto de los vehículos como de los ciudadanos.
Empresas como SkyDrive, una de las pioneras japonesas en el desarrollo de taxis voladores eléctricos, colaboran en el proyecto aportando prototipos y sistemas de navegación inteligentes.
Entre el entusiasmo y la cautela
Pese al entusiasmo del Gobierno, muchos expertos se muestran prudentes. Consideran que la implantación de taxis voladores plantea retos técnicos, sociales y legales considerables. Además de la fiabilidad de los vehículos, preocupa la privacidad: el seguimiento constante de drones y aeronaves podría implicar la recolección de datos sensibles sobre los movimientos de los ciudadanos.
Diversos especialistas en derechos digitales han reclamado la creación de marcos legales claros antes de autorizar la operación masiva de este tipo de transporte. Argumentan que la innovación debe ir acompañada de garantías para la protección de la intimidad y la seguridad.
El futuro ya está en el aire
Con todo, Japón parece decidido a liderar la carrera mundial hacia la movilidad aérea urbana. Si las pruebas de 2025 resultan exitosas, el país podría convertirse en el primero en implementar un sistema de tráfico aéreo urbano plenamente operativo, abriendo una nueva etapa en el transporte de personas y mercancías.
Lo que hace solo unos años parecía ciencia ficción, hoy está a punto de despegar.
Fuente | computerhoy.20minutos.es