En plena transformación del modelo energético, surge una batería que rompe todos los esquemas conocidos. Se trata de una innovadora solución capaz de suministrar energía a 100.000 viviendas con una sola carga. Este avance representa un paso clave hacia el desarrollo de sistemas de almacenamiento energético más eficientes, un elemento crucial para optimizar el uso de los recursos en el sector energético. Su papel es fundamental en la transición hacia fuentes de energía limpias y sostenibles.
El concepto se basa en captar, almacenar y liberar energía en los momentos de mayor demanda. Esta operación se lleva a cabo mediante diversas tecnologías y plataformas, permitiendo una gestión más inteligente del consumo y la producción energética.
Los beneficios son múltiples y afectan directamente a la infraestructura energética. Uno de los más destacados es la capacidad de equilibrar la demanda: cuando esta disminuye, el sistema almacena energía para liberarla posteriormente en horas pico. Esta dinámica reduce la necesidad de invertir en costosas ampliaciones de la red eléctrica, mejora la estabilidad del sistema y contribuye a mantener precios más estables para el consumidor.
Una batería con tecnología disruptiva
Cuando ya parecía que el almacenamiento por aire comprimido había marcado un punto de inflexión, un equipo de científicos daneses ha logrado superarlo. Han creado una batería basada en sal fundida, con el potencial de abastecer a 100.000 hogares durante 10 horas.
Aunque no se trata de sal común, este sistema demuestra un enfoque sorprendente: transforma electricidad en calor, elevando la temperatura de la sal hasta los 600 °C. Con una capacidad de almacenamiento cercana a 1 GWh, ofrece una eficiencia energética del 90%.
El tipo de sal empleado es hidróxido fundido derivado del cloro, capaz de conservar energía por hasta dos semanas gracias a un innovador sistema de doble tanque, protegido por patente.
Cómo funciona esta solución energética
El funcionamiento es sencillo pero efectivo: fuentes de energía renovable cargan la batería, que convierte la electricidad en calor. Al liberar energía, la sal caliente se canaliza hacia un generador de vapor que alimenta turbinas para volver a generar electricidad.
Este avance es fruto de una colaboración entre los ingenieros de fluidos de la firma Sulzer y la empresa energética danesa Hyme Energy.
Una tecnología que marca un antes y un después
El uso de sal fundida para almacenar energía representa una oportunidad significativa para avanzar en la descarbonización del sector industrial y acelerar el cambio hacia modelos sostenibles. Según Benoît Martin, responsable de ingeniería avanzada en Sulzer, esta tecnología puede aplicarse en recuperación de calor, almacenamiento de energías renovables e incluso en pequeños reactores modulares (SMR).
Por su parte, Hyme Energy afirmó en un comunicado: “Nuestra solución fiable convierte la energía renovable intermitente en calor verde, constante y flexible, facilitando la descarbonización sin sacrificios”.
Actualmente, la empresa está desarrollando el que podría convertirse en el mayor sistema de almacenamiento térmico industrial del mundo: una instalación de 200 MWh en Holstebro, Dinamarca, con vistas a abastecer al sector alimentario del país.
Fuente | ecoticias.com