No estamos avanzando en hidrógeno limpio como deberíamos. El 99 % generado en 2022 no ha sido ni verde ni de bajas emisiones: para producir 95 millones de toneladas de hidrógeno se emitieron 900 millones de toneladas de CO₂.
Es la principal conclusión que se extrae del recién presentado informe Global Hydrogen Review 2023 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE): el hidrógeno ‘sucio’ producido a partir de combustibles fósiles es el que acapara la totalidad de la producción en la práctica.
Sólo un 0,6 % del hidrógeno que se produce es limpio
Pese a que el hidrógeno es el elemento de la tabla periódica más abundante en la Tierra nunca aparece en solitario, sino como compuesto químico asociado a otros elementos. Para poder usarlo como fuente de energía limpia hay que extraerlo mediante procesos de producción que son altamente contaminantes o con un elevado coste energético.
El hidrógeno gris obtenido a partir de metano es el más habitual. Los minoritarios son el hidrógeno verde, que se produce mediante electrolisis de agua usando energías renovables, y el azul, a partir de gas natural capturando el CO₂. El año pasado solo un 0,6% de las 95 millones de toneladas de hidrógeno producidas fue hidrógeno limpio. Éste debería ser la base sobre la que se asentase una futura descarbonización real de la industria y el transporte.
Mientras, la producción de 95 millones de toneladas de hidrógeno ha dejado 900 millones de toneladas de CO₂. Si bien la producción de una tonelada de hidrógeno es más contaminante que la quema de una tonelada de carbón (9,47 y 2,88 toneladas de CO₂ respectivamente), la producción energética también es muy superior: 40 kWh/kg y 7,25 kWh/kg.
Las tres grandes trabas del hidrógeno limpio. En este informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) se analizan las dificultades de consolidar el hidrógeno limpio. Y las barreras asociadas a su producción siguen estando muy presentes.
La primera que es aún es caro de producir. Lo que se traduce en que actualmente en el mercado cuesta casi ocho veces más que el gas: 230,53 euros/ MWh según el recién llegado índice Hydrix. La AIE estima que en 2030, el coste de producción del hidrógeno verde rondará los 1,5 dólares/kilo. Una cifra que aún se antoja lejana.
Y los datos no apuntan a que esto vaya a cambiar a corto plazo: pese a que hay más de 40 países con estrategias de hidrógeno, sólo el 4 % de los proyectos de hidrógeno verde o limpio cuenta con una decisión en firme de inversión. De ahí por ejemplo que el hidrógeno verde, al menos por ahora, no pueda ser una alternativa real.
Esto afecta a la demanda del hidrógeno limpio, que es aún menor que la producción. Los compromisos fijan en 35 millones de toneladas la producción de hidrógeno de bajas emisiones en la actualidad (azul o verde), pero su demanda no supera los 14 millones.
La tercera gran asignatura pendiente es la infraestructura deficitaria: según la AIE a día de hoy sólo hay 5.000 km de hidrogenoductos activos, en su mayoría en Europa y EE.UU. Y son instalaciones pequeñas, con diámetros de menos de 45 cm, todas de superficie (no hay submarinas) y la gran parte meramente conecta refinerías con complejos químicos.
En proyecto hay cerca de 30.000 kilómetros de hidrogenoductos. Por ejemplo el corredor que quiere unir los puertos de Algeciras con Róterdam, con una inversión de 3.000 millones de euros. Pero según la AIE sólo 100 km de los hidrogenoductos cuentan con inversión en firme.
En conclusión, consideran esencial que aumente la demanda del hidrógeno, esencialmente el limpio, y que se extienda más allá de sus principales consumidores (sector industrial, refino y farmacéutica). Para ello se necesita un mayor compromiso de empresas y gobiernos. También que las inversiones se hagan realidad, lo que se prevé complicado con la crisis aún presente aún y el aumento de la inflación.
Todo teniendo en cuenta el ambicioso objetivo europeo para dentro de sólo siete años: que cada país miembro de la Unión Europea produzcan 10 millones de toneladas al año de hidrógeno verde en 2030.
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