Desde hace años los críticos con el coche eléctrico esgrimen que la llegada de millones de vehículos enchufables al mercado supondrá el colapso de la red eléctrica. Un mito que no solo no se está cumpliendo, incluso en las zonas más desarrolladas, sino que además está sucediendo lo contrario al reducir el coste de la energía, y además lo está haciendo para todos.
Así lo pone sobre la mesa de la consultora estadounidense Synapse Energy Economics, que comparó cuánto pagaron los propietarios de coches eléctricos por la electricidad con el coste de las empresas de distribución eléctrica. En total, los conductores de eléctricos proporcionaron más de 3.000 millones de dólares en ingresos netos a la red de Estados Unidos entre 2011 y 2021.
El efecto neto es que el coste de la electricidad para todos los consumidores, incluyendo los que no tienen un coche eléctrico, es menor en gran medida porque muchos conductores de de eléctricos cargan en casa durante la noche cuando la demanda de electricidad es muy baja, lo que eleva la rentabilidad para las empresas productoras.
El estudio también indica que el ahorro para los clientes y empresas eléctricas no harán más que aumentar en los próximos años a medida que haya más vehículos eléctricos y más producción de energía renovable, lo que tendrá como resultado que los propietarios de coches eléctricos pagarán menos por cargar su vehículo, mientras generan ingresos para las empresas eléctricas en lugar de para las compañías petroleras, logrando de paso que todos los clientes puedan acceder a tarifas y facturas más bajas.
Los coches eléctricos como aliado de la red eléctrica
El análisis de Synapse, ha llegado a la conclusión de que los coches eléctricos pueden ayudar a mantener la red en equilibrio porque gran parte de la carga se realiza durante las pausas en la demanda general de energía: por la noche.
Pero, ¿cómo ejercen exactamente los coches eléctricos reducir los costes de la electricidad para todos?
El estudio indica que las empresas eléctricas están logrando una nueva fuente de ingresos cuando los conductores de vehículos eléctricos pagan por cargar su coche. A medida que aumenta el número de vehículos eléctricos en circulación, también aumenta esta nueva fuente de ingresos.
Sin embargo, a las empresas de servicios públicos les cuesta dinero producir esta electricidad y llevarla a los cargadores domésticos y públicos, es decir, costes de generación, transmisión y distribución de electricidad. El ingreso neto, o impacto en la tarifa, es la comparación entre los ingresos por la carga de vehículos eléctricos y el coste de suministrar electricidad.
Algunos clientes pagan una tarifa según la hora a la que cargan sus coches. Estas tarifas están pensadas para fomentar la carga durante las horas de menor demanda, y cuándo es más fácil y económico para las empresas eléctricas proporcionar electricidad a un coste más reducido.
Otro informe del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, muestra que será posible cargar millones de coches eléctricos en horas de menor actividad con actualizaciones mínimas en el sistema de distribución de electricidad.
Además, este estudio muestra que existe una correlación entre el impacto neto en las tarifas, o los ingresos, y la cantidad de vehículos eléctricos en circulación. Cuantos más vehículos enchufables haya en las carreteras, mayores serán los ingresos netos para las eléctricas y menores las facturas para todos los clientes.
La conclusión es que el coche eléctrico no solo no colapsará la red eléctrica, sino que la hará más sostenible y más rentable. Algo que se traducirá en una mejor absorción de la enorme cantidad de energías renovables que están entrando en el sistema, lo que redundará en precios más bajos de la electricidad para los clientes con o sin coche eléctrico, y también por extensión para las empresas e industria.
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