El sector automovilístico se enfrenta a los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump y está tomando medidas para evitar que las nuevas tarifas impacten negativamente en sus resultados económicos. La suspensión de las exportaciones de vehículos y el aumento de los precios de los coches han sido las primeras decisiones adoptadas por los fabricantes mientras esperan que las negociaciones entre Estados Unidos y los demás países lleguen a buen puerto. Marcas como Jaguar Land Rover, Audi, Volkswagen o Stellantis ya han respondido a las autoridades estadounidenses.
Fuentes del sector, en diálogo con este diario, han confirmado que los fabricantes están evaluando diversas estrategias para hacer frente a la política proteccionista impulsada por Trump.
El primer escenario es el más favorable, en el que los fabricantes contemplan un posible acuerdo con la Casa Blanca que incluya una reducción de los aranceles a cero; el segundo escenario, más neutral, contempla una reducción de los impuestos para los países que produzcan en Estados Unidos, sin importar el modelo de los vehículos; y un tercer escenario, el más desfavorable, en el que Trump mantendría las tasas de importación de automóviles a los puertos estadounidenses.
En el primer escenario, la Comisión Europea (CE) sigue dispuesta a dialogar con Estados Unidos, ofreciendo a Washington la posibilidad de eliminar los aranceles sobre los productos industriales enviados al continente europeo, como intercambio para la reducción de las tarifas del 25% a la importación de vehículos. Sin embargo, parece que la Casa Blanca no está muy receptiva a esta propuesta.
Fuentes de la UE han señalado que esta oferta fue presentada por el comisario de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, durante sus últimos encuentros con sus homólogos estadounidenses, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el responsable comercial de la administración Trump, Jamieson L. Gree. Durante una videoconferencia de dos horas el pasado viernes y una visita de 24 horas días antes, Sefcovic intentó sin éxito frenar la ofensiva arancelaria.
Mientras tanto, marcas como Jaguar Land Rover, Audi, Volkswagen o Stellantis ya han comenzado a reaccionar a los aranceles de Trump. La última en tomar medidas ha sido el fabricante británico, que ha suspendido los envíos a EE. UU. mientras estudia cómo minimizar el impacto de los impuestos sobre la importación de vehículos, lo que resultaría en un suministro de coches limitado a solo dos meses.
En particular, Jaguar Land Rover vendió 430.000 vehículos en el mercado estadounidense en 2024, de los cuales cerca de una cuarta parte fueron fabricados en EE. UU., lo que implica que el 75% de sus coches vendidos en el país estarían sujetos a los aranceles.
La industria automovilística británica, que emplea directamente a 200.000 personas, está especialmente vulnerable a los nuevos gravámenes. EE. UU. es el segundo mayor importador de automóviles fabricados en el Reino Unido, después de la Unión Europea, con una cuota de mercado cercana al 20%, según datos de la SMMT, la organización del sector.
Fuente | okdiario.com