El Gobierno de España ha reiterado su compromiso con la prohibición de la venta de vehículos diésel, gasolina e híbridos a partir de 2035, una medida fijada por la Unión Europea en el marco del Pacto Verde y que el Ejecutivo considera “irrenunciable”.
A través de una carta conjunta con Francia, el Ministerio para la Transición Ecológica ha solicitado a los estados miembros que mantengan los objetivos de descarbonización ya acordados, subrayando que los vehículos eléctricos “son indispensables” para cumplir los compromisos climáticos y aprovechar la inversión industrial ya movilizada.
Debate abierto en Bruselas: entre la neutralidad tecnológica y el cumplimiento de plazos
La Comisión Europea revisará antes de final de año la normativa sobre emisiones de CO₂ para coches y furgonetas. Aunque el Parlamento Europeo ratificó en su momento la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035, la presidenta Úrsula von der Leyen ha anunciado que se acelerará la revisión del reglamento, dejando la puerta abierta a ajustes en su aplicación o plazos.
Por su parte, el vicepresidente de Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné, ha apelado a la “flexibilidad” y a la neutralidad tecnológica, postura respaldada por gobiernos como los de Alemania, Polonia e Italia, que califican los objetivos actuales de “excesivamente ambiciosos” e “irrealistas”.
Fabricantes como Volkswagen, Stellantis o Renault han advertido de que el calendario de Bruselas podría comprometer la competitividad y el empleo en el sector.
Frente a esta posición, España y Francia defienden que cualquier marcha atrás generaría una grave distorsión industrial, poniendo en riesgo inversiones millonarias ya realizadas para adaptar la producción a la movilidad eléctrica.
El parque automovilístico español, entre los más envejecidos de Europa
Un reciente informe elaborado por la consultora BIP Iberia, “El desafío de la movilidad sostenible en España: entre la ambición y la realidad”, respalda la postura del Ejecutivo.
El estudio revela que el 70% de las emisiones del transporte por carretera en España proceden de los vehículos más antiguos, con una edad media del parque automovilístico de 14,5 años, frente a los 12,5 de la media europea.
Este dato refuerza la necesidad de acelerar los planes de renovación y avanzar hacia una movilidad eléctrica y sostenible.
Nuevas medidas nacionales: revisión de etiquetas y fiscalidad verde
El Gobierno español también trabaja en el ámbito interno para reforzar su estrategia climática. Entre las medidas previstas se incluye:
- La revisión de las etiquetas medioambientales de la DGT, que será más restrictiva con las categorías B y C.
- La implantación definitiva de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en los municipios de más de 50.000 habitantes.
- Y la aprobación de la Ley de Movilidad Sostenible, actualmente en tramitación en el Senado, que facultará a los ayuntamientos a aplicar nuevas tasas de circulación o impuestos ambientales a los vehículos más contaminantes.
Estas políticas buscan desincentivar el uso de coches de combustión y orientar el mercado hacia los vehículos de cero emisiones.
La industria europea pide “recalibrar” la transición
La patronal europea del sector, ACEA, ha instado a la UE a revisar el calendario de prohibición de los motores de combustión, argumentando que las condiciones industriales y geopolíticas actuales dificultan el cumplimiento de los objetivos fijados.
El organismo alerta de que una transición acelerada y sin medidas compensatorias podría provocar pérdidas significativas de empleo y afectar a la competitividad del tejido industrial europeo.
España, firme en su posición: “No hay marcha atrás”
Pese a las presiones, el Gobierno español mantiene una postura clara: “no puede haber marcha atrás”.
Defiende que los vehículos eléctricos son la pieza central de la movilidad del futuro, y que cualquier rectificación supondría “un grave perjuicio” para las empresas que ya han adaptado su producción.
La decisión final de la UE se conocerá antes de que termine el año, en un contexto donde Bruselas deberá equilibrar ambición climática, viabilidad económica y estabilidad industrial.
Fuente | autopista.es
