El motor de hidrógeno cuenta con sus problemas y en Europa ya los hay que están alerta y han pasado a cerrar las fábricas.
El negocio del automóvil se mueve entre la realidad actual de los vehículos y lo que pueda deparar el futuro en términos de innovación. Ahí, en ese grupo, entran por supuesto los coches eléctricos, que ya se han impuesto con un nicho dentro del mercado, pero también los novedosos y vanguardistas motores de hidrógeno, que si bien apuntan a dominar a largo plazo, se han encontrado con una piedra en el camino que escenifica uno de los países más modernos de Europa, Dinamarca.
En estos tiempos, Dinamarca, dentro del sector del automóvil, ha destacado por tener una de las redes de hidrogeneras públicas más amplias de la Unión Europea, y con más vehículos que estén impulsados por pila de combustible. Así las cosas, en 2021, en su capital, Copenhague, ya contábamos con una flota de más de 100 taxis de la marca Toyota y su modelo Toyota Mirai. Estos coches se encontrarán ahora con el problema de no tener dónde repostar.
La compañía que operaba estas estaciones de servicio para operar con vehículos con motor de hidrógeno ha anunciado que cerrará estás hidrogeneras en las que había invertido hasta la fecha, con la justificación de que no le resultan rentables. Así lo ha explicado la empresa danesa EverFuel, que decide “priorizar el desarrollo de la capacidad de producción de hidrógeno verde y reducir las inversiones en redes de repostaje”.
Las consecuencias de este comunicado es el cierre o reutilización de las hidrogeneras ya existentes , debido a que con su actual actividad no pueden seguir manteniéndolas por la baja rentabilidad. Aquí, la empresa Everfuel también habla de los motivos que le han llevado a tomar esta decisión y entre los que destacan retrasos en los procesos políticos, tecnología inmadura y cadena de suministro, inflación de costes y escasos recursos. Todo ello llevó a la compañía a detener el suministro de sus estaciones de hidrógeno, tras descubrirse una fuga en el remolque de un camión, aunque éste no ha sido el único escollo.
Otro problema aparece desde el Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos europeo, que exige que las hidrogeneras cuenten con una capacidad de 1 tonelada diaria, con surtidores de 700 bares. Las estaciones de servicio que se han cerrado, que por el momento ascienden a cinco, no cumplían con estos requisitos obligatorios.
Además de Dinamarca, la empresa Everfuel también ha optado por cerrar las tres estaciones que tenía en otro país nórdico, Noruega, si bien allí también se cuenta con otro proveedor minorista llamado Hynion. “Pedimos disculpas por las molestias que esto creará para los clientes y empleados, pero no podemos seguir subsidiando el repostaje público de hidrógeno”, comentó el director ejecutivo de Everfuel, Jacob Krogsgaard.
El acuerdo del motor de hidrógeno se rompe en Dinamarca
La asociación danesa de importadores de automóviles informa de que, a finales del año pasado, había 147 automóviles con pila de combustible y motor de hidrógeno en las carreteras del país, pero estos no procedían de particulares si no que, en su mayoría, pertenecen al operador de taxis Drivr, con sede en Copenhague, que a principios del año pasado lanzó su flota de 100 vehículos Toyota Mirai, con contratos vigentes con Everfuel para suministrarles hidrógeno en un periodo de cinco años. «La producción de hidrógeno verde en Dinamarca aún no está lista. Ni la electrólisis, ni los camiones cisterna ni las estaciones han estado tan maduros como esperábamos. Combinado con el hecho de que no ha habido volumen por parte de los fabricantes de vehículos, esto ha dificultado encontrar el modelo de negocio para operar estaciones de hidrógeno», ha reconocido Krogsgaard en declaraciones concedidas a Energywatch.
