En 2035, Europa prohibirá la venta de coches nuevos con motor de combustión interna, a excepción de los que funcionen con carburantes sintéticos, los e-fuels. Y si bien esa prohibición se revisará, o confirmará, en 2026, se intenta desde las administraciones que nos pasemos al coche eléctrico, desincentivando el uso de los coches más antiguos.
Entre esas medidas, las ZBE, o Zonas de Bajas de Emisiones ya adoptadas por muchas ciudades en las que los coches gasolina más antiguos y los diésel no tan antiguos ya no pueden circular, como en Madrid. El problema es que en España tenemos uno de los parques móviles más envejecidos del continente. Uno de cada dos vehículos que circula por nuestras carreteras tiene más de 15 años.
Coches nuevos cada vez más caros y coches cada más viejos en las calles
La edad media del parque móvil en España es de 14,2 años, según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). España continúa teniendo uno de los parques más envejecidos de Europa superando la media de edad del continente de 12,3 años. En el seno de la Unión Europea sólo los antiguos países del bloque del Este y Grecia nos superan.
“De los más de 30 millones de vehículos que circulaban por España en 2023, es preocupante que cerca de 15 millones fueran de 15 o más años de antigüedad”, alerta el informe de ANFAC. Cada vez se venden menos coches nuevos y cada vez más coches de segunda mano. En el último año por cada turismo nuevo matriculado, se han vendido cerca de 1,3 turismos de más de 10 años.
Lejos de reducirse, el envejecimiento del parque móvil sigue aumentando. En España, de hecho, no ha dejado de ir a más, pasando de una edad media de 8 años en 2008 a 14,2% en 2023.
Edad media del parque de turismos de España. Imagen: ANFAC
Con un parque cada vez más antiguo, nos encontramos con que casi el 30% de los coches que hay matriculados en España no pueden entrar en una de las ZBE en marcha en más de 100 ciudades españolas al ser modelos sin etiqueta medioambiental de la DGT. Son coches anteriores en su mayoría a 2000 (gasolina) y 2006 (diésel).
La proporción de coches con etiqueta B, coches en su mayoría anteriores a 2006 (gasolina) y 2015 (diésel) es similar: 29,8%. Así, cerca del 60% de los coches que circulan en España tienen más de 10 años, y casi una cuarta parte de los 30 millones de coches del país tienen más de 20 años.
Los coches con etiqueta C representan más del 35%. Aun así, no implica una mejora en el rejuvenecimiento del parque móvil. Y es que estos etiqueta C son en su mayoría coches posteriores a 2006, si son de gasolina, y, en el caso de los diésel, posteriores en su mayoría a 2015. Es decir, son coches que pueden tener hasta 20 años de antigüedad.
Imagen: ANFAC
No solamente esas cifras retrasan la renovación del parque español, sino que lastran el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones exigidos desde Europa. Unas exigencias que claramente no toman en cuenta los diferentes niveles de vida que hay en la Unión Europea. Según datos de la ACEA, Grecia y Estonia tenían en 2023 los parques automovilísticos más antiguos, con vehículos de casi 17 años. Los turismos más nuevos, en cambio, se encuentran en el país más rico de la Unión, Luxemburgo, con una media de 7,6 años.
Es evidente que no se compran más coches nuevos híbridos o eléctricos porque son sencillamente demasiado caros para una buena parte de España y de Europa. La coyuntura económica no ayuda porque el poder adquisitivo es igual o inferior, teniendo en cuenta la inflación, pero los coches son mucho más caros que antes, tanto los nuevos como los de ocasión. Según indica la OCU, los nuevos han subido más de un 40% en cinco años, un incremento que se sitúa muy por encima del dato oficial del IPC acumulado en todo este tiempo.
Además, con el fin del coche barato, ni siquiera hay opciones ultra básicas que simplemente cumplan con la función de llevarnos del punto A al punto B. Lo que explica que el Dacia Sandero, uno de los modelos más baratos del mercado, esté sistemáticamente en los primeros puestos de las listas de ventas en Europa y en España.
Las normas que obligan a equipar los coches con toda una serie de sofisticados sistemas de seguridad y ayuda a la conducción, los ADAS, así como los sistemas anticontaminación, hacen que los coches sean cada vez más caros.
Por otra parte, hay que reconocer que los coches envejecen mejor que antaño. El salto generacional entre, por ejemplo, un Citroën AX y un Citroën Saxo era abismal, en todos los aspectos. En esta última década, las diferencias fundamentales entre, digamos, un SEAT Ibiza de 2009 y uno actual son mínimas.
Los sistemas ADAS de la versión de 2009 son más básicos que uno nuevo, que además equipa más sistemas, pero esas diferencias que no saltan a la vista son las que hacen que mucha gente no sienta la necesidad de cambiar de coche.
Por otra parte, más allá de las emisiones de CO2 y de NOX que suponen un parque móvil envejecido, está la delicada cuestión del mantenimiento de estos coches. Y no son pocos los que tienen un mantenimiento muy deficiente.
En España, los vehículos cada vez están peor y muchos ni siquiera pasan la ITV, tanto por absentismo como por no estar en condiciones de superar la inspección. Según datos de AECA-ITV, en 2022, el 81,4 % de los coches superaron la ITV en la primera inspección y el 34 % de los vehículos que debían haber pasado la ITV simplemente no lo hicieron.
La transición hacia un transporte eléctrico es una necesidad innegable, pero esa transición no se va a hacer al mismo ritmo en todos los países. Y menos aún por imposición.
Motorpasión