La startup Voltpost, especializada en transformar farolas en estaciones de carga para vehículos eléctricos, presentará este miércoles en Brooklyn, durante la Semana del Clima, su nuevo cargador Voltpost Air. La propuesta busca aprovechar la infraestructura urbana existente para ampliar el acceso a la recarga sin necesidad de obras costosas ni interrupciones en la red eléctrica.
El Voltpost Air es un cargador modular y compacto que se instala a unos tres metros de altura, con un sistema de cable retráctil que lo protege frente al vandalismo y las inclemencias meteorológicas. Puede colocarse en postes de madera o metal, aparcamientos y bolardos urbanos, y su instalación se completa en un par de horas con un coste reducido. Según la compañía, el suministro eléctrico de la farola no se ve afectado y no se requieren excavaciones ni mejoras en la red pública.
La empresa ya ha puesto en marcha sus primeros cargadores de Nivel 2 en Oak Park (Illinois) y en el Centro Americano de Movilidad de Ypsilanti (Michigan), además de proyectos en desarrollo en varios estados. “Con millones de farolas en Estados Unidos, la oportunidad de convertir incluso una fracción en cargadores tendrá un impacto positivo significativo”, señaló Jeffrey Prosserman, cofundador y director ejecutivo de Voltpost.
El sistema incorpora una aplicación móvil que ofrece información en tiempo real sobre la disponibilidad de los cargadores, opciones de pago flexibles y monitoreo remoto. Su tecnología de Nivel 2 permite recargar los vehículos mientras los conductores realizan sus actividades cotidianas, algo especialmente valioso para quienes no cuentan con un punto de carga en casa.
El primer cargador instalado en Brooklyn se ubica en la Terminal Bush de MADE, como parte de un programa piloto financiado por NYCEDC, NYSERDA y Con Edison. Voltpost prevé desplegar nuevas estaciones en distintas ciudades de EE. UU. para responder a la creciente demanda de cargadores urbanos de Nivel 2, una carencia que expertos como Gabe Klein consideran urgente en las áreas metropolitanas.
Fuente | as.com