Aunque la ciudad de Vigo cumple con todos los requisitos marcados por la legislación española sobre calidad del aire, los niveles de contaminación superan los umbrales recomendados por la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el último informe anual de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia. Esto significa que, si bien se ajusta a la normativa nacional, la exposición a ciertos contaminantes en la ciudad puede resultar perjudicial para la salud.
En concreto, Vigo presenta concentraciones elevadas de dióxido de nitrógeno (NO₂), ozono troposférico y partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), superando los niveles que serán obligatorios a partir de 2030 según la nueva legislación europea. Los datos de 2023 indican que, especialmente en la estación de medición de Coia, se registraron múltiples superaciones del límite legal para partículas gruesas, con un repunte relacionado con el tráfico y eventos festivos.
El informe también destaca que el dióxido de nitrógeno, asociado al tráfico y la industria, puede provocar efectos adversos en la salud pulmonar y está vinculado a complicaciones en embarazos. A pesar de que la estación de Coia solo superó los valores legales diez veces, Vigo figura como una de las áreas gallegas con mayor exposición a este contaminante.
Respecto a las partículas en suspensión, Vigo lidera los niveles de PM10 en Galicia y también excede los límites para PM2,5, partículas más finas y peligrosas que penetran más profundamente en el sistema respiratorio. A Coruña comparte con Vigo estos niveles de exposición.
En cuanto al ozono, otro contaminante generado en parte por el tráfico, la ciudad también suspende según los estándares europeos y de la OMS, aunque cumple la legislación española actual. Este gas se asocia a un incremento en la mortalidad cardiovascular.
Pese a estas cifras, Vigo aún no ha puesto en marcha las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), una obligación para los municipios de más de 50.000 habitantes. Su implantación está ahora prevista para el último trimestre de 2025, tras sucesivos retrasos. El Concello planea establecer cuatro zonas, dos en el centro y otras en O Calvario y Bouzas.
Por otro lado, el estudio ambiental incluido en el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) advierte de que el crecimiento urbano e industrial puede agravar la contaminación atmosférica, sobre todo durante las obras. El informe recomienda medidas de mitigación como el uso de tecnologías limpias, la mejora del transporte público y la preservación de suelos forestales como sumideros de carbono.
Fuente | lavozdegalicia.es