La movilidad sostenible continúa siendo un reto que se le está resistiendo a España. Y es que no solo es que el coche eléctrico no haya conseguido todavía hacerse un hueco en nuestro país, es mucho más. España debe apostar por la movilidad eléctrica, pero también por implantar soluciones tecnológicas que nos conduzcan hacia la movilidad limpia. Solo de este modo conseguiremos reducir la huella de carbono y disminuir la contaminación en las grandes ciudades.
En este sentido, queda menos de una década para que se cumpla el primer plazo impuesto por la Unión Europea para la electrificación del parque automovilístico. Sin embargo, actualmente, España solo cuenta con aproximadamente 150.000 vehículos eléctricos, muy lejos aún de poder cumplir el objetivo de llegar hasta los cinco millones antes de 2030.
La Comisión Europea se ha fijado un objetivo muy claro: recortar las emisiones de CO2 de los coches nuevos un 55 % en 2030, y un 100 % a partir de 2035. Esto significa que a partir de 2035 se dejarían de producir los vehículos de gasolina o diésel para alcanzar la neutralidad climática en 2050. ¿Pero conseguirá realmente España cumplir con estos plazos?
Fondos Next Generation, un impulso a la movilidad sostenible
Los fondos ‘Next Generation EU’ van a suponer un importante apoyo para el desarrollo de una movilidad urbana sostenible. A través del Plan de Recuperación, España tiene previsto destinar casi 70.000 millones de euros en ayudas directas entre los años 2021 y 2024, de las cuales el 19 % estarán destinadas a la movilidad sostenible. Uno de los planes a los que el Gobierno destinará fondos es el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado.
Aún así, además de incentivar la compra de estos vehículos, también son necesarias ayudas para la producción de los vehículos eléctricos y para la adecuación de las infraestructuras. Y es que si no hay infraestructuras adecuadas para este tipo de movilidad, los conductores no se lanzarán a la compra de vehículos eléctricos.
Además de este impulso a la movilidad eléctrica, el Gobierno central y las demás administraciones autonómicas, regionales y locales deben caminar de la mano para que España por fin aprueba su asignatura pendiente con la movilidad sostenible.
Para ello, también deben tener en cuenta la importancia de apoyar nuevas propuestas tecnológicas que ayuden a que la movilidad sea más limpia. Y para ello es muy importante que centren su atención en los sectores profesionales que desarrollan su trabajo como conductores y, por lo tanto, utilizan los vehículos como principal herramienta de trabajo. Por ejemplo, el sector del taxi. En el caso de este sector, además de apostar por una flota 100 % sostenible, también se deben buscar alternativas que ayuden a relajar el tráfico en las ciudades. En este sentido, la opción de compartir taxi es, sin duda, una de los grandes retos por los que debe apostar el sector. Para ello, aplicaciones como Compartaxi, la primera aplicación de economía colaborativa para compartir taxi de Europa que está en funcionamiento, son la solución perfecta para que el taxi se convierta en un aliado de cara a reducir la contaminación en las ciudades.
En definitiva, la movilidad sostenible continúa siendo un asunto pendiente en nuestro país, pero en los próximos años debe ser una realidad. Por lo tanto, es importante que desde las administraciones tengan claras las directrices a seguir y sepan que, además de impulsar la compra de vehículos menos contaminantes, deben también fomentar nuevas propuestas que ayuden a caminar hacia una movilidad más limpia. Solo así lograremos vivir en un país más respetuoso con el medio ambiente.