Los ministros de Medio Ambiente de la UE han aprobado este lunes la nueva directiva sobre calidad del aire que, aunque no a los límites aconsejados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), eleva las exigencias sobre los niveles de 11 partículas, entre ellas ozono, partículas PM10 y PM2,5 y dióxido de nitrógeno, y además prevé la posibilidad de indemnizar a los ciudadanos por los perjuicios que provoque sobre su salud la contaminación, debido a que no es hayan tomado las medidas que la norma obliga a los gobiernos.
“Los Estados miembros se asegurarán de que las personas físicas que sufran daños a la salud humana por la infracción de las normas nacionales” sobre los valores límites de contaminación debido a “negligencia o dolo” por parte de las autoridades “tengan derecho a reclamar y obtener una indemnización por dichos actos”.
La directiva, que España tendrá que trasponer dentro de menos de dos años, insta a los gobiernos a facilitar la reclamación y obtención de estas indemnizaciones y que sus leyes nacionales “no hagan imposible o excesivamente difícil el ejercicio del derecho de indemnización“, dice el texto, que contempla plazos de prescripción de estas reclamaciones, pero que no podrán empezar a correr hasta que el pico de contaminación perjudicial para la salud del demandante haya pasado o hasta que este sepa que “ha sufrido un daño derivado de una infracción grave” en el cumplimiento de los nuevos límites de contaminación.
El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha dado el voto favorable de España a esta nueva ley que trata de evitar las 300.000 muertes prematuras que se producen cada año en la UE debido a la contaminación. Los gobiernos europeos deberán trasladar a sus legislaciones nacionales como muy tarde dentro de dos años.
Más exigentes que lo actual, menos que la OMS
Por una parte, se trata de elevar la exigencia sobre la calidad del aire en la UE con vistas al año 2030, porque será a final de ese año cuando la Comisión Europea evaluará si los países han cumplido con los nuevos límites de emisión de las cuatro sustancias contaminantes. Según la nueva norma, el valor límite anual de las partículas finas PM2,5, las responsables del mayor número de muertes prematuras en Europa, se reducirá de 25 microgramos por metro cúbico (mg/m3) a un nuevo valor de 10 mg/m3. Los límites anuales de partículas PM10 y de dióxido de nitrógeno (NO2) se reducen a la mitad, de 40 a 20 mg/m2, y el ozono de y el de ozono no podrá superar los 120 mg/m23 más de 18 veces al año, frente a 25 veces.
Estos son los “valores límite para la protección de la salud humana” que los países de la UE deberán cumplir, “a más tardar, el 1 de enero de 2030” y que, sin embargo, están todavía lejanos a los límites que plantea la OMS: 5 para las PM2,5; 15 para las PM10; 10 para el NO2 y 100 para el Ozono, solo superándose tres veces.
Tráfico y calefacción
Las organizaciones ecologistas llevan meses denunciado que la UE se ha quedado muy corta en comparación con los límites de la OMS con un acuerdo que obliga los gobiernos a trazar hojas de ruta para informar a la Comisión Europea de cómo van a alcanzarlos, que también contempla la petición de prórrogas más allá de 2030 y que, en caso de superarse los niveles en determinados puntos, establece que deben elaborarse planes “a corto plazo” con “medidas de emergencia” para reducir la emisión de partículas contaminantes, con medidas que podrían afectar al tráfico o a la calefacción.
Dentro de estos planes de urgencia se podrán incluir “medidas relativas a actividades tales como el transporte, las obras de construcción, las instalaciones industriales, la agricultura y al uso de productos y de la calefacción doméstica”, así como “acciones específicas destinadas a proteger a la población sensible y a los grupos vulnerables, incluidos los niños”.
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