Berlín y otros cuatro países votaron en contra pero no consiguieron sumar mayoría de bloqueo
La propuesta de aplicar aranceles a las baterías de vehículos eléctricos de China ha atravesado hoy un día crucial. Los Estados miembro han votado si continuar aplicando una tasa adicional de un máximo del 35,3% durante los próximos cinco años a este tipo de importaciones, una cifra que se sumaría al 10% que ya se aplicaba. Los países de la UE no han logrado alcanzar una mayoría de bloqueo para tumbar la medida, por lo que el bloque continuará aplicando aranceles adicionales a las importaciones de coches eléctricos de Pekín durante cinco años. Una decisión que será clave para determinar el porvenir de unas tensas relaciones comerciales con Pekín.
La votación se ha resuelto con una mayoría de abstenciones, hasta12 países, entre ellos España. La medida ha contado con el voto a favor de 10 Estados miembro y 5 en contra, contando el de Alemania, que representan el 22,6% de la población. El proceso requería de una mayoría de bloqueo de 15 Estados miembro y el 65% de la población de la UE para tumbar la medida.
Por lo tanto, queda en manos de la Comisión Europea decidir si a partir de noviembre de 2024 los aranceles se aplican durante los próximos cinco años, algo, por otro lado, previsible considerando que Bruselas es impulsora de la medida. Estas tarifas adicionales serían reversibles si las negociaciones que mantienen Bruselas y Pekín llegasen a buen puerto.
“La propuesta de la Comisión Europea de imponer aranceles definitivos a las importaciones de vehículos eléctricos de batería procedentes de China ha obtenido el apoyo necesario de los Estados miembros de la UE”, ha informado el Ejecutivo comunitario en un comunicado. “A más tardar el 30 de octubre de 2024 deberán publicarse en el Diario Oficial de la UE las conclusiones definitivas de la investigación”.
La polémica está servida y es que son varias las economías europeas que han advertido de las consecuencias de incrementar las existentes tiranteces con Pekín. No es solo Berlín y su potente industria automovilística la que ha rechazado en los últimos meses aplicar estas tarifas adicionales El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se alineaba con el canciller alemán, Olaf Scholz, tras su viaje a China, e instaba a la UE a “reconsiderar” los aranceles.
Una de las grandes incógnitas de la votación ha radicado, de hecho, en dilucidar qué posición tomaría España. El secretismo ha marcado su postura hasta el último momento. La decisión, cabe recordar, podría tener repercusiones sobre el sector porcino español, a quien Pekín ha abierto una investigación como respuesta a las medidas que ha tomado la UE contra las importaciones del gigante asiático. A ello se suma que España sea el segundo mayor fabricante de automóviles de la UE, por detrás de Alemania.
En las horas previas a la votación, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, remitió una carta al vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis en la que apelaba por una solución negociada entre Bruselas y Pekín, al amparo de la Organización Mundial del Comercio (OMC). España rechazaba así adelantar una posición clara de votación. “Por respeto al proceso de votación no desvelaremos el sentido de nuestro voto con carácter previo”, han apuntado fuentes del Gobierno.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha confirmado, en el Foro de La Toja este viernes, que España se ha abstenido en la votación. “Este voto es coherente con nuestra posición de intentar reforzar la negociación hacia delante entre ambas zonas de la UE con productores y las autoridades chinas para ser capaces de encontrar una solución negociada entre todas las partes”.
“Más allá de la imposición de aranceles tenemos que seguir avanzando en esta negociación puesto que es importante la protección de un sector tan estratégico como es el sector del automóvil y, además, hacerlo evitando una escalada de medidas comerciales que puedan ser perjudiciales para todos”, ha complementado.
Lo que evidencia este voto es una profunda división en el bloque comunitario sobre la aplicación de aranceles a los vehículos eléctricos importados de China y, en mayor medida, sobre las relaciones comerciales con Pekín. Todo ello en un contexto en el que el informe de competitividad elaborado por el exprimer ministro italiano, Mario Draghi, expone la necesidad de coordinar las políticas industriales de los Estados miembro para poder competir con Estados Unidos y China.
Las cifras
La última revisión de Bruselas rebaja al 35,3% el tipo máximo que se aplicaría a las empresas chinas que no han colaborado con la investigación, desde el 37,6% que fijaba en julio y que, a su vez, suponía una rebaja desde el 38,1% que planteaba inicialmente. En cuanto a las empresas que han colaborado en el proceso, la Comisión Europea rebajó la tasa al 20,7% para estas empresas, desde el 20,8% de julio y el 21% del inicio. Tales cifras se sumarían al arancel del 10% que ya se aplica a las importaciones de vehículos eléctricos de China. Aunque esta tasa adicional quedaría reducida al 7,8% en el caso de Tesla, una cifra que responde a la cantidad de subsidios que la firma de Elon Musk percibe del Gobierno china y que, al fin y al cabo, se traduce en una cuantía sustancialmente inferior frente a las empresas del gigante asiático.
Para las tres firmas principales de baterías de vehículos eléctricos investigadas, la Comisión Europea plantea tarifas del 35,3% para SAIC, 18,8% para Geely y 17% para BYD, frente a al 37,6%, 19,9% y 17,4%, respectivamente que planteaba en julio. Estos tipos no estarán en vigor hasta el día siguiente a su publicación en el Diario Oficial de la UE, el 30 de octubre. Las tarifas no tendrían efecto retroactivo y se aplicarán también a las joint ventures entre empresas europeas y chinas.
Tira y afloja
Las negociaciones entre Bruselas y Pekín continúan en un intento por dar con una solución que diluya las tensiones entre ambas potencias. El gigante asiático tildaba los aranceles de “proteccionistas” y ya ha llevado la medida de la UE ante la OMC. Como respuesta, ha abierto investigaciones antidumping contra las importaciones de carne de cerdo, de lácteos y de brandy de la UE, aunque esta última se zanjó recientemente sin aplicación arancelaria. Por su parte la UE ha abierto investigaciones por competencia desleal a las importaciones de China de paneles solares, aerogeneradores eólicos y productos sanitarios.
Estas tasas adicionales son el resultado de una investigación de la Comisión Europea sobre las importaciones de baterías de vehículos eléctricos chinos a la UE ante la sospecha de que estaban dotadas de subsidios del Ejecutivo de Pekín que suponen una violación de las reglas de competencia y proporcionan a las empresas del gigante asiático la capacidad de vender sus productos a precios más bajos, incurriendo en prácticas de dumping.
Pero la UE no es el único país que ha incrementado sus aranceles a los coches eléctricos chinos. EEUU y Canadá han optado por aranceles del 100%. Turquía aplica una tarifa adicional del 40%, India aplica una tasa del 70% a las importaciones de los vehículos con un precio inferior a 40.000 millones de dólares y del 100% a los que superen esa cuantía y Brasil elevó al 18% la tasa en julio para incrementarla, de nuevo, al 35% en 2026. Washington también ha elevado los aranceles a las importaciones de paneles solares chinos, del 25% al 50% y triplicado las tasas del acero y aluminio, al 25% desde el 7,5%.
El Economista