Estos días está siendo noticia en todo el mundo el inicio de la producción del primer coche eléctrico dotado de una batería de sodio, fabricado por JAC Motors y que usa celdas suministradas por el fabricante HiNa. Una alternativa más sostenible y económica, que contará con un segundo modelo de la mano de JMEV, empresa conjunta propiedad del Grupo Renault, y el fabricante chino Jiangling Motors.
El primer modelo es el Jiangling Yizhi EV3 Youth Edition, que ha realizado una primera incursión en el mundo de las baterías de sodio con una composición desarrollada por Farasis Energy, que ha utilizado óxido en capas + carbono duro.
Esta según sus diseñadores, tiene las ventajas de lograr una alta densidad energética, en una química habitualmente con cifras por debajo de las LFP, y además un buen compromiso entre rendimiento, seguridad, un excelente rendimiento a bajas temperaturas y una larga vida útil.
Según Farasis Energy, la densidad energética de los primeros packs de sodio es de entre 140 y 160 Wh/kg; en términos de rendimiento de seguridad, las celdas han pasado pruebas de acupuntura y han superado sobrecargas, sobredescargas, extrusión y agua, inmersión, etc.
En estas pruebas, la batería también alcanzó el estándar NO TP; en términos de rendimiento a baja temperatura, logrando una tasa de retención de la capacidad de descarga a 20° bajo cero que llegó al 91%. En el aspecto de la vida útil, no se han indicado ciclos de carga y descarga, sino que se han limitado a indicar que esta puede satisfacer las necesidades de los vehículos de pasajeros y de dos y cuatro ruedas.
Baterías de sodio: segunda y tercera generación ya en desarrollo
En términos de materiales del sistema químico, además del uso del óxido en capas, también están investigando otras alternativas como el azul de Prusia y los polianiones.
El siguiente paso será el lanzamiento de la segunda generación, que según sus diseñadores, se producirá a lo largo de 2024 con unas nuevas celdas que elevarán la densidad energética hasta los 160-180 Wh/kg. Algo que le colocará a la altura de las mejores celdas LFP.
Dos años más tarde, en 2026, llegará la tercera generación donde la densidad energética alcanzará los 180-200Wh/kg. Una cifra clave que le permitirá cumplir con los requisitos de aplicaciones en un amplio escenario. Tanto vehículos de dos ruedas, de cuatro, compactos, como modelos de mayor tamaño.
Farasis Energy ha indicado que gracias a las baterías de sodio, los fabricantes tendrán ante si una alternativa que ofrecerá un mejor rendimiento a bajas temperaturas que los sistemas químicos actuales, lo que tendrá repercusiones incluso en el diseño de los nuevos vehículos, que podrán contar con sistemas de climatización de las baterías más sencillos, ligeros y económicos.
Además, también han puesto sobre la mesa la mayor estabilidad térmica. Unas baterías que también serán mucho más sostenibles en cuanto a materiales, y más económicas, abriendo un mundo de posibilidades a nichos hasta ahora lejos del alcance de las celdas de litio.
Unas perspectivas muy interesantes que necesitarán desarrollar una economía de escala robusta y una cadena de suministro de sodio estable, y que beneficiará especialmente a aquellos mercados con fuerte producción de este material, que puede ser aprovechado de instalaciones como las desaladoras.
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