Los camiones eléctricos arrasan en China y aceleran el declive del diésel y el gas

China ha sorprendido al mundo al acelerar la adopción de camiones eléctricos mucho más rápido de lo esperado, un movimiento que podría alterar los mercados energéticos globales. Combinando visión de futuro, incentivos gubernamentales, infraestructura estratégica y producción local, el país asiático está liderando la transición energética en el transporte pesado.

La transición eléctrica toma velocidad

Hace apenas cinco años, casi todos los camiones nuevos en China eran diésel. Hoy, el cambio es radical: en la primera mitad de 2025, el 22% de los camiones pesados vendidos fueron eléctricos, frente al 9,2% en el mismo periodo de 2024. Las previsiones apuntan a que esta cifra rondará el 46% a finales de año y podría superar el 60% en 2026.

Electrificar los camiones, considerados tradicionalmente difíciles de adaptar, es clave para reducir emisiones. El transporte por carretera genera un tercio de las emisiones del sector, pero las baterías ocupan espacio y encarecen los vehículos, lo que durante años hizo del gas natural licuado (GNL) una alternativa intermedia.

El diésel comienza a perder terreno

China, con la segunda mayor flota de camiones del mundo, sigue dependiendo del diésel, pero la demanda comienza a estancarse. Analistas como Christopher Doleman, del IEEFA, advierten que la caída del consumo de diésel podría ser más rápida de lo previsto, mientras que la expansión del GNL en otros países podría no materializarse.

En los últimos meses, los camiones eléctricos han superado en ventas a los de GNL durante cinco meses consecutivos. Aunque todavía son entre dos y tres veces más caros que los diésel y un 18% más caros que los GNL, su eficiencia y menores costes operativos permiten ahorrar entre un 10% y un 26% durante su vida útil.

La receta china para el éxito

El impulso eléctrico en China combina incentivos económicos y expansión de infraestructura. En 2024, el Gobierno ofreció hasta 17.400 euros por retirar un camión antiguo y adquirir uno eléctrico. Además, se han multiplicado los puntos de carga rápida en autopistas clave.

CATL, el mayor fabricante mundial de baterías, ha implementado un sistema de intercambio rápido para camiones pesados, con estaciones que cubrirán 150.000 km de autopistas de un total de 184.000 km en el país.

Impacto global: menos petróleo, menos GNL

El efecto empieza a sentirse fuera de China. En junio de 2024, el consumo de diésel cayó a 3,9 millones de barriles diarios, un 11% menos que el año anterior, mientras que la demanda de GNL retrocede tras alcanzar un pico a finales de 2023 y principios de 2024. Actualmente, el avance eléctrico en China reduce la demanda de petróleo en más de un millón de barriles diarios, subrayando la importancia de este cambio para la transición energética global.

Exportar el modelo eléctrico

China no solo electrifica sus carreteras, sino que busca exportar su modelo. Entre 2021 y 2023, las exportaciones de camiones pesados chinos crecieron un 73% hacia Oriente Medio y el norte de África, y un 46% hacia América Latina. Empresas como Sany Heavy Industry planean exportar a Europa en 2026, mientras BYD construye una fábrica de camiones eléctricos en Hungría, alineándose con los objetivos europeos de reducción del 90% en emisiones de nuevos camiones para 2040.

Las barreras persisten: el precio sigue siendo alto y la infraestructura de carga limitada en muchos países. Según McKinsey, los camiones eléctricos deberán reducir su precio a la mitad en Europa para competir con los diésel. Aun así, la transición ya está en marcha, y China marca el camino.

Fuente | forococheselectricos.com

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