elon musk confirma la presentación del robotaxi

Los desilusionados que podrían perjudicar a Tesla: «No adquiriré otro mientras Elon Musk siga a la cabeza»

asta hace unos meses, Adrián Mariscal se consideraba un auténtico Tesla lover. Llevaba casi tres años con su Model 3 y estaba encantado con su decisión. Incluso se planteaba comprarse otro para cederle el suyo a su madre. Pero el amor por el fabricante se rompió en semanas. «Si ahora mismo tuviera que cambiar mi Tesla, a pesar de que creo que es el mejor coche del mercado, me iría a por otro fabricante porque no quiero tener nada que ver con Elon Musk», dice Mariscal.

El caso de este malagueño puede resultar llamativo, pues de forma habitual se ha asociado al cliente de esta marca con una defensa a ultranza de la compañía, pero el activismo ideológico de su CEO y principal accionista ha supuesto un terremoto emocional para muchos. Lo que era un vehículo aspiracional, muy conectado a conductores comprometidos con el medio ambiente, con un futuro más sostenible y con el cambio climático, ha pasado a ser un símbolo de la nueva administración Trump y sus fuerzas satélite. Mariscal es solo un ejemplo más de los miles de usuarios desencantados por el viraje ideológico y político de Musk y cuyas reticencias empiezan a generar turbulencias en el futuro de la compañía.

«Es una situación difícil porque la realidad es que yo estoy encantado con el coche, creo que a pesar de que como producto tiene cosas mejorables, es con diferencia el mejor que hay en el mercado, y siempre lo recomendaba. Pero la actual deriva de su dueño es insostenible«, cuenta Mariscal. «Yo siempre he sido y creo que sigo siendo muy Tesla lover, pero en estos momentos es imposible desligar la marca de Musk. Mi esperanza es levantarme alguna mañana y ver la noticia de que la junta de accionistas lo ha echado», añade.

La salida de Musk es, sin embargo, complicada de imaginar. El camino del magnate sudafricano y Tesla ha estado unido desde la fundación de la marca y el resultado ha sido un éxito rotundo. Pese a los choques constantes con la industria, las dudas sobre el vehículo eléctrico y sus problemas con la fabricación, a día de hoy la capitalización bursátil de la compañía (más de un billón de dólares) es mayor que todas las grandes del sector automotriz juntas. Han aparecido algunas grietas, que algunos analistas identifican con la implicación política de Musk en un mundo cada vez más polarizado. Tras años de crecimiento continuado, 2024 fue el primer ejercicio desde su nacimiento en el que la empresa vivió una bajada en sus ventas anuales. Y el desempeño en enero de 2025 no hace presagiar una mejora.

Tesla hace su peor dato este enero

Evolución del número de matriculaciones de Teslas y del resto de turismos nuevos eléctricos de batería cada mes en España.

En 2024, las ventas globales cayeron cerca de un 1%, pero el inicio del año ha sido mucho más desastroso. Las acciones han bajado un 10% desde la investidura de Donald Trump y en California, su terreno de más fértil históricamente, han vendido un 12% menos que en enero de 2024. Las noticias que llegan de Europa son aún más preocupantes, con caídas en ventas de más del 60% interanual en Francia o del 40% en Alemania. España no es uno de sus mercados más importantes, pero se lleva la palma en el hundimiento. Las ventas de Tesla han bajado aquí un 75% respecto al enero pasado. Los expertos señalan distintas causas para esta evolución, como el aumento de la competencia con el boom de los coches chinos, las turbulencias con las ayudas o los problemas para la llegada de la nueva versión del Model Y. Pero cada vez preocupa más el impacto que pueda esconderse tras el deterioro de la imagen de marca y la opinión de sus fieles.

Tesla ha apuntalado buena parte de su éxito en un gran marketing y en un ejército de fieles clientes y ahí puede esconderse una de sus principales fugas. Siguiendo el estilo Apple y la estrategia de Silicon Valley, convirtió a sus usuarios en sus mejores comerciales, al nivel de ofrecer descuentos y premios a cambio de recomendar a nuevos compradores. Bloomberg mencionaba en abril de 2024 la importancia de esta comunión como aspecto diferencial de Tesla respecto al resto de sus rivales. Según sus análisis, un 87% de los actuales dueños de uno de sus coches adquirirían otro después. El segundo en esa lista, Lexus, solo consigue retener al 68% de sus clientes y firmas como BMW o General Motors no llegan al 50%.

Ama a Tesla, odia a su dueño

Miguel es otro de esos compradores que dio el salto a Tesla hace un par de años con convencimiento pleno y ahora no se decanta por repetir. «Creo que la gente que se compra un Tesla es un tipo de perfil concreto con algo más de conciencia social y preocupación por el medioambiente. Gente, además, muy informada sobre el producto que está comprando y que ha investigado mucho antes de adquirirlo», cuenta este madrileño. «Que el CEO resulte ahora ser la mano derecha de Trump y que haya hecho hasta el saludo nazi, que para mí es indudable, pues es un palo. No me planteo vender el coche, pero no me decantaré por Tesla mientras Musk siga al frente», añade.

Entre otras polémicas, esta se hizo viral, una pegatina que dice: «He comprado esto antes de saber que Elon estaba loco»

El saludo fascista realizado por Elon Musk durante los actos de investidura fue para muchos la gota que colmó el vaso y un golpetazo para la marca a nivel marketing, sobre todo en el continente europeo. El Gobierno polaco llamó instantáneamente al boicot de Tesla tras la acción y en las últimas semanas esa imagen ha aparecido proyectada en distintas tiendas y fábricas por toda Europa. Incluso algunos activistas han hecho llamativas adaptaciones, como colocar el brazo en alto en algunos de los supercargadores. «Musk lleva años siendo un personaje supercontrovertido, todo el que compra un Tesla lo sabe, pero la deriva… Que haya sido tan radical, repentina y explícita, ha sido demasiado», añade Miguel.

La opinión de Miguel es muy similar a la de Mariscal. Sus perfiles también. Dos treintañeros enganchados a la actualidad general y enamorados de la tecnología que apostaron por Tesla convencidos en la defensa de la movilidad eléctrica. Pero también coinciden con Marcos, un coruñés de 55 años que añade otro ingrediente importante: las acciones. «Me compré un Tesla hace dos años, pero no me casé ni vinculé de ninguna forma con su CEO. Lo tengo porque en vehículos eléctricos es el líder tecnológico indiscutible, pero no colecciono acciones de la compañía y es algo raro entre los propietarios de esta marca. Normalmente, el que tiene un Tesla, suele tener alguna que otra participación», cuenta.

Su postura está tan extendida que en tiendas como Amazon están arrasando una serie de pegatinas para coches con frases como «Me compré este Tesla antes de que Elon Musk se volviese loco» o «AntiElonTeslaClub». Los movimientos son claros y el ruido en internet y medios de comunicación está disparado, pero, ¿cuánto puede afectar realmente toda esta polémica al futuro de la empresa? Pues, según algunos expertos, es difícil verlo ahora mismo, pero quedará claro en los próximos meses. Al final, ha cabreado a muchos de sus compradores y tampoco está claro que pueda atraer a los que defienden más a Trump, pues su postura está directamente en contra de la movilidad eléctrica.

«La clave va a ser la llegada del nuevo Model Y. El modelo ha sufrido un bajón porque muchos clientes se están esperando a la actualización por lo que será en ese momento cuando sepamos realmente el impacto de todo lo ocurrido con Musk en las cifras de Tesla», cuenta Luis Valdés, divulgador y consultor experto en movilidad eléctrica. «Pero hasta ese momento ya hay puntos que muestran nubes negras en el horizonte para la empresa. Tesla ya conoce la demanda de los próximos meses y ha decidido promocionar en China el Model 3 con atractivos descuentos, como importantes rebajas en el seguro. Esto es un indicativo de que la demanda en los mercados a los que exporta el Model 3 desde China, sobre todo Australia y Europa, flojea. Todo esto sin incluir el golpe de enero y el ruido generado en este mes», añade.

¿Matar a Tesla despertará a Europa?

Para Valdés, las últimas caídas pueden deberse a multitud de factores que influyen en un entorno mucho más desafiante para Tesla aparte del momento Musk. Tiene más competidores globales, sobre todo en un mercado clave como China y le está costando moverse en este nuevo entorno, siendo la única marca eléctrica que bajó en ventas en 2024. Lo del CEO, cree, es la piedra de toque que puede acelerar la caída. Pero también, si lo saben aprovechar, puede ser la mejor oportunidad para otras compañías, también las europeas para arañar a una marca que parecía hegemónica.

Fuera de nuestro país, la transformación por el rechazo a Tesla se ve hasta en el terreno empresarial. En Austria, algunas empresas han decidido dejar de usar sus coches en su flota corporativa. La compañía de energía solar Hansesun, con sedes en Tirol y Vorarlberg, anunció en noviembre tras las elecciones en EEUU que vendería sus dos Teslas. «Para mí, el cambio climático es el mayor problema del mundo. Pero la política en EEUU está ignorando completamente el tema. A Elon Musk no le interesa la protección del clima, solo ganar dinero», cuenta el propietario de la firma, Andreas Müller. Actualmente, los dos Teslas ya han sido vendidos y los empleados de la empresa conducen coches eléctricos de otras marcas.

En Alemania hay más ejemplos. La cadena de droguerías Rossmann anunció en agosto que no comprará más vehículos Tesla para su flota, citando como motivo el respaldo de Musk a Trump. Aunque seguirán utilizando los coches que ya tienen por razones de sostenibilidad, optarán por otras marcas en futuras adquisiciones. También las empresas de energía alemanas Badenova y Lichtblick han decidido dejar de usar Tesla.

El rechazo no se limita solo a la movilidad. La empresa también ofrece sistemas de almacenamiento de baterías para viviendas, como la Powerwall, pero la constructora alemana Viebrockhaus ha decidido dejar de instalarlas. «La postura política de Musk contradice nuestros valores empresariales«, señalan desde la compañía. ¿Qué hacen ahora? Montar baterías del fabricante local Varta.

«Muchas marcas ya están aprovechando el agujero. En el Sudeste asiático, en Corea del Sur y en la propia China, las chinas están avanzando muy rápidamente. En Europa, las ventas de enero de eléctricos suben mientras las de Tesla bajan. En el caso de Alemania, el hueco lo están ocupando las alemanas, en Francia, Renault y Stellantis, en Noruega, Toyota y en Dinamarca, Volkswagen. Falta ver EEUU, pero varios modelos tuvieron grandes crecimientos en 2024, a la par que Tesla cayó a pesar de haber lanzado el Cybertruck», enumera Valdés. En nuestro país, ha pasado de tener el 35% de la cuota de mercado de vehículos eléctricos en diciembre de 2024 a no superar el 6% en enero de 2025. «Aquí, todos sus rivales han subido, incluso BYD, excepto MG por los fortísimos aranceles».

Marcos, miembro incluso del club oficial de Tesla en España, ve un futuro duro para la empresa si no se mueve algo. «La deriva fascista y ultraderechista de Musk me preocupa desde el punto de vista de la imagen de la compañía, de sus inversores y el respeto para con sus usuarios. Tesla fue el juguete bonito de un multimillonario que ahora lo abandona para jugar con la Casa Blanca», señala. «A muchos propietarios nos preocupa que nos señalen, que se nos encasille en una facción política por el hecho de conducir una determinada marca de coches. Nos hace disfrutar menos de un coche del que estábamos orgullosos, nos encarece los seguros y reduce la expectativa de reventa. Y estoy seguro que el máster plan 3 de Tesla seguiría siendo viable si se elimina a Elon Musk de la junta directiva».

Fuente | elconfidencial.com

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