En los últimos años, China se ha embarcado en una carrera por convertirse en la referencia en la producción de baterías para coches eléctricos. Un proyecto que ha permitido poner en marcha miles de nuevas instalaciones. El problema es que la capacidad ha superado de largo la demanda, lo que pone en riesgo la viabilidad de muchos proyectos, pero también supondrá una importante caída de los precios este 2024.
A la bajada del precio del carbonato de litio, que el pasado año se derrumbó un 77%, se suma ahora las predicciones de una contracción del mercado del coche eléctrico en China, que crecerá, pero mucho menos que años anteriores.
Un 2024 donde las matriculaciones se espera que aumenten un 25%, hasta las 9.4 millones de unidades, pero lejos del 89% de crecimiento entre 2021 y 2022.
A esto se suma una capacidad de producción que a finales de 2023 se colocaba en las 747 GWh, mientras que la demanda se quedó en las 387 GWh. Un aspecto que supone que la producción de baterías de litio duplica la demanda interna.
Todo esto agudizará la competencia entre los diferentes fabricantes, que esperan lograr en 2025 transformar los números rojos en ganancias, después de un periodo de inversiones en nuevas instalaciones.
Los analistas chinos indican que el resultado será que este 2024, los precios de las baterías de litio en China caerán entre un 10 y un 15%, lo que tendrá como consecuencia que los fabricantes de coches eléctricos podrán acceder a unos costes de producción más bajos, y lanzar propuestas más competitivas en el aspecto económico.
Otra de las consecuencias será la necesidad de ampliar fronteras para los fabricantes chinos, tanto de baterías como de coches eléctricos, que buscarán en el exterior cubrir el exceso de producción con unos productos cada vez más competitivos en lo tecnológico, pero también con unos precios que seguirán bajando.
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