Mide como un edificio, consume 14 toneladas de diésel cada hora, genera 109.000 caballos de potencia y, aun así, resulta más eficiente que el motor de tu coche

El motor diésel más grande del mundo: un gigante que impulsa al Emma Mærsk

En 2006 la compañía finlandesa Wärtsilä puso en funcionamiento el Wärtsilä-Sulzer RTA96C, considerado el motor diésel más grande del mundo. Su propósito: dar vida al Emma Mærsk, un portacontenedores de 397 metros de eslora y 170.974 toneladas de peso en vacío.

El RTA96C es una auténtica proeza de la ingeniería naval. Con unas dimensiones equivalentes a un edificio de cinco plantas —13,5 metros de altura y 27 metros de largo— y un peso de 2.300 toneladas, desarrolla una potencia de 109.000 caballos. Su consumo alcanza las 14 toneladas de combustible por hora a plena carga, lo que equivale a 3,8 litros por segundo.

Características técnicas

Este motor está configurado con 14 cilindros en línea, cada uno con una cilindrada de 1.820 litros, lo que da un total de 25.480 litros. Funciona con un sistema turbodiésel de dos tiempos e inyección common-rail, alimentado con fuel-oil pesado.

La potencia máxima se entrega a apenas 102 revoluciones por minuto, pero lo más llamativo es su par motor: 7.603.860 Nm, una cifra difícil de imaginar incluso en el ámbito industrial.

Producción y mantenimiento

La construcción de un motor de estas dimensiones no es un proceso rápido. Requiere entre varios meses y un año de trabajo, con un coste que puede superar los 20 millones de euros. El mantenimiento, que se realiza aproximadamente cada tres años, supone otra inversión considerable.

Eficiencia y controversia ambiental

Pese a su descomunal consumo, el RTA96C alcanza una eficiencia térmica superior al 50%, un rendimiento notablemente mayor que el de los motores de combustión de automóviles convencionales de su época. Este dato significa que más de la mitad de la energía generada por la combustión se convierte directamente en movimiento.

No obstante, el impacto medioambiental de estos motores sigue siendo objeto de debate. Se estima que unos pocos buques de este tipo pueden emitir tanto como el conjunto de los automóviles del planeta. Sin embargo, su papel en el transporte marítimo resulta fundamental: son capaces de desplazar cargueros de cientos de miles de toneladas a velocidades cercanas a los 50 km/h, garantizando el comercio internacional a gran escala.

El Wärtsilä-Sulzer RTA96C no solo es un símbolo del poderío tecnológico de la ingeniería naval, sino también un recordatorio de los retos que plantea equilibrar eficiencia, demanda global y sostenibilidad.

Fuente | diariomotor.com

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