España mueve ficha, por fin, ante una de sus asignaturas pendientes en la transición hacia la movilidad cero emisiones: la falta de puntos de carga ultrarrápida en la red viaria estatal. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible prepara un ambicioso plan para desplegar 44 estaciones de recarga ultrarrápida, combinando nuevas áreas de servicio y la modernización de instalaciones ya existentes. El objetivo: empezar a cerrar la brecha que separa al país de los estándares marcados por Bruselas y facilitar, por fin, los trayectos de largo recorrido en vehículo eléctrico.
Según fuentes próximas al departamento dirigido por Óscar Puente, el programa comprende dos acciones:
– La creación de ocho nuevas estaciones ultrarrápidas en puntos estratégicos de la red estatal.
– La remodelación de 36 áreas de servicio cuyas concesiones expiran entre 2025 y 2026, para equiparlas con cargadores de alta potencia.
Con una inversión global estimada de 94,5 millones de euros, el plan prevé que las nuevas electrolineras estén operativas en 2028, tras licitarse los contratos antes de que termine este año.
Una infraestructura que sigue lejos de Europa
Aunque España ha avanzado en número total de puntos de recarga, el verdadero déficit está en la red interurbana y en la potencia de los cargadores. Diversos informes coinciden en que la falta de electrolineras rápidas y ultrarrápidas continúa siendo una barrera crítica para la adopción del vehículo eléctrico en desplazamientos de media y larga distancia.
Un estudio reciente de Payment Innovation Hub y Afi vuelve a subrayarlo: sin infraestructura fiable en carretera, el salto al VE seguirá ralentizado.
No obstante, la patronal Aedive matiza esta visión con sus últimos datos: a 1 de noviembre, España cuenta con 6.269 puntos de alta potencia, de los cuales más de 800 superan los 250 kW. El crecimiento es notable, pero insuficiente para cumplir los requisitos europeos de disponibilidad, densidad y distribución territorial.
El nuevo plan de Transportes pretende abordar precisamente esta desigual implantación y reforzar la red en corredores clave.
Ocho nuevas electrolineras en nodos estratégicos
Las nuevas estaciones se ubicarán en áreas especialmente transitadas o con déficit de servicio:
- A-8: La Caridad (Asturias) y Penagos (Cantabria)
- A-2: Calatayud (Zaragoza)
- A-4: Montoro (Córdoba)
- A-3: Perales de Tajuña (Madrid) y Saelices (Cuenca)
- AP-7: Algemesí (Valencia) y La Roca del Vallès (Barcelona)
Todas cuentan ya con estudios de viabilidad aprobados y permisos de acceso a la red eléctrica en fase avanzada. Las licitaciones se dividirán en seis lotes, con concesiones de entre 20 y 25 años, dentro de un modelo de colaboración público-privada destinado a acelerar el despliegue.
36 áreas de servicio se modernizarán para integrar carga ultrarrápida
La segunda gran pata del plan pasa por la remodelación integral de 36 áreas de servicio. Estos corredores actualizados incorporarán puntos ultrarrápidos y servicios digitales avanzados. Cataluña concentra más de la mitad de estas actuaciones, seguida de la Comunidad Valenciana.
Ocho de las relicitaciones están ya en elaboración, entre ellas:
– AP-7: Bellaterra, La Safor, San Antonio y La Marina
– AP-4: Los Palacios, Las Cabezas de San Juan y Jerez
– A-67: Gornazo (Cantabria)
Este enfoque multiplica las posibilidades de despliegue porque aprovecha espacios ya existentes, optimizando inversiones y reduciendo tiempos.
Un papel más activo del Estado en el impulso al vehículo eléctrico
Con este movimiento, la Dirección General de Carreteras asume un protagonismo que hasta ahora había recaído casi por completo en operadores privados y administraciones autonómicas. El plan de señalización de estaciones de recarga y el recién anunciado Plan Auto+, dotado con 300 millones de euros, refuerzan una misma dirección: acelerar la transición y cumplir los hitos de descarbonización.
Fuente | eleconomista.es
