En su primer acto como comisaria en la planta de AcelorMittal en la localidad belga de Gante abogó por la descarbonización
El primer acto como vicepresidenta de la Comisión Europea al cargo de Transición Limpia y Competencia de Teresa Ribera ha tenido lugar en la planta de producción de acero de AcelorMittal ubicada en la localidad belga de Gante. Una visita en favor de la descarbonización de la industria en el que la española ha descartado claramente que se vaya a aplazar el fin de los vehículos de combustión más allá de 2035.
La que es una de las medidas más polémicas del primer mandato de Ursula von der Leyen, salta a la actualidad en el inicio de la segunda legislatura de la alemana. No es ningún secreto que la industria automovilística ha removido cielo y tierra por evitar el veto de Bruselas. Un posicionamiento que ha compartido el Partido Popular Europeo también en un intento por retrasar tal ambición. Sin embargo, el diario italiano La Stampa volvía a poner este tema sobre la mesa al avanzar este martes que el nuevo Ejecutivo comunitario creará un Plan de Acción para el sector del automóvil.
“La estabilidad con respecto a los horizontes temporales y las razones por las que se fijaron esos objetivos siguen siendo válidas y, en principio, no hay ninguna intención de cambiarlas“, ha indicado a la prensa la nueva comisaria. Ribera ha rechazado que se trate de “algo que se plantee la Comisión Europea” ni “prácticamente nadie”.
La nueva vicepresidenta comunitaria ha indicado que la “gran pregunta es cómo se puede acompañar a la industria del automóvil a nivel europeo en un proceso de transformación que está en marcha y en una carrera industrial a nivel global”.
Pero el automóvil tiene otras sombras en ciernes. Algunas de ellas tan cercanas como en 2025, cuando Bruselas empezará a imponer multas al sector de la automoción por superar los niveles de emisiones contaminantes de los vehículos, la denominada normativa Clean Air For Europe. Preguntada sobre la posibilidad dotar de cierto margen a la industria ante estas sanciones Ribera ha mostrado menos concisión.
“El mensaje más importante hoy es cómo diseñar las estrategias que permitan que el conjunto de la industria del automóvil europeo pueda salir bien de una situación muy complicada que es la situación que está viviendo en este momento, con una producción y una entrada muy importante de automóviles procedentes de terceros países, con una necesidad de evitar guerras comerciales, pero, simultáneamente, con una necesidad de garantizar la viabilidad de una industria que es fundamental”, ha agregado Ribera poniendo el foco en la competencia con el gigante asiático y sus vehículos eléctricos dotados de subsidios.
Como contexto, cabe considerar siete Estados miembro, entre ellos Italia y Polonia, han reclamado que una alternativa a las multas contra las firmas automovilísticas que superen los niveles de dióxido de carbono permitidos desde el 1 de enero de 2025. Argumentan que tales sanciones limitarían la capacidad de la industria para invertir en innovación y, en paralelo, impulsar su competitividad.
El Economista