Las exportaciones de vehículos electrificados chinos casi se duplican mientras los de combustión caen un 5%, en un giro que confirma el cambio estructural del sector y acelera la transición global hacia el coche eléctrico.
Según los últimos datos de exportación, China ha enviado 5,6 millones de vehículos entre enero y octubre, un 15,7% más que en el mismo periodo del año anterior. De ellos, 4,77 millones han sido turismos y, dentro de este grupo, los denominados vehículos de nueva energía (eléctricos puros, híbridos enchufables y de autonomía extendida) son los grandes protagonistas: sus exportaciones han alcanzado los 2,01 millones de unidades, lo que supone un incremento del 90,4% interanual y ya representan el 35% de todos los coches que el país exporta.
Solo en octubre, los envíos de vehículos electrificados se duplicaron hasta las 256.000 unidades, mientras que los modelos de combustión se situaron en 3,6 millones entre enero y octubre, un 5,1% menos que un año antes. Incluso en octubre, las exportaciones de coches de combustión retrocedieron ligeramente (-0,9%).
Este cambio de rumbo se produce a pesar de un contexto claramente adverso:
- Estados Unidos aplica un arancel del 100% a los vehículos eléctricos chinos.
- La UE ha establecido tasas adicionales en función del nivel de subvenciones estatales recibidas por cada fabricante, para frenar lo que considera competencia desleal y proteger a su industria.
Aun así, la combinación de una producción masiva, precios muy competitivos y un despliegue agresivo en Europa y Latinoamérica está permitiendo a China sostener el crecimiento de sus exportaciones incluso cuando su mercado doméstico se enfría: las ventas internas pasarán de crecer un 12% en 2023 a alrededor del 3% este año, según las previsiones oficiales.
Para la Asociación Española del Automóvil Ecológico (AEAE), estos datos confirman tres tendencias clave:
- La electrificación ya es el eje de la expansión industrial china. Las exportaciones de coches “de nueva energía” no solo crecen más rápido que las de combustión: son las que sostienen el incremento global del volumen exportado.
- El proteccionismo acelera la relocalización industrial. Los nuevos aranceles están empujando a fabricantes como Tesla a reordenar radicalmente sus cadenas de suministro, reduciendo dependencia de China y reforzando polos como México, India o el sudeste asiático.
- Europa debe decidir si quiere ser mercado o también industria. Mientras China consolida su liderazgo en baterías y vehículos eléctricos, la UE se enfrenta al dilema de limitar importaciones, pero a la vez acelerar inversión propia en gigafactorías, I+D y redes de recarga si quiere mantener peso industrial en la nueva movilidad.
En este contexto, el giro simultáneo de China hacia el coche electrificado y de fabricantes occidentales como Tesla hacia cadenas de suministro menos expuestas al gigante asiático marca un nuevo equilibrio global: la descarbonización del parque automovilístico avanza, pero de la mano de una redefinición profunda de dónde se diseñan, fabrican y ensamblan los vehículos del futuro.
Fuente | elespanol.com
