La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha llevado a cabo un análisis en el que concluye que la distancia que realmente pueden recorrer los vehículos eléctricos con una sola carga está por debajo de las cifras oficiales proporcionadas por los fabricantes.
Hace algo más de un año, desde AutoBild realizamos una prueba con cinco modelos eléctricos, detectando diferencias que superaban el 30%, una desviación considerable. Ahora, un nuevo informe de la OCU indica que los datos oficiales de autonomía superan en torno a un 15% los valores obtenidos en condiciones reales de uso.
En total, el estudio abarca 31 modelos distintos de vehículos eléctricos. Los resultados muestran que los datos facilitados por los fabricantes son, en promedio, entre un 9% y un 22% más altos que los obtenidos mediante el cálculo basado en el consumo homologado y la capacidad útil de la batería.
La OCU atribuye esta discrepancia al protocolo de homologación vigente en la Unión Europea, el WLTP (Worldwide Harmonised Light Vehicles Test Procedure), que establece parámetros de prueba en situaciones ideales: sin pérdidas por el proceso de carga y con temperaturas constantes de 23 grados, consideradas óptimas para el rendimiento del vehículo.
Un ejemplo que recoge el estudio es el del Ford Puma Gen-e. Según la OCU, si se divide la capacidad útil de su batería (43 kWh) por el consumo medio oficial declarado (13,1 kWh/100 km), se obtendría una autonomía de 328 kilómetros. Sin embargo, la cifra que ofrece el fabricante es de 376 kilómetros, lo que representa una diferencia de 48 kilómetros o, expresado en porcentaje, un 15% más que el valor estimado.
La OCU señala que esta práctica está generalizada en la industria. Aunque se ajusta a la legalidad vigente, considera que puede inducir a error al consumidor y, como consecuencia, ralentizar la adopción del coche eléctrico debido a la desconfianza que generan estas cifras optimistas.
Por este motivo, la organización propone que los fabricantes presenten datos completos de consumo sin correcciones que maquillen los resultados. Además, solicita que se informe al comprador sobre la autonomía calculada específicamente para trayectos por autopista, que suele ser la más baja, pero también la más relevante para quienes deben realizar viajes largos.
En cambio, la autonomía urbana tiene menor relevancia, ya que el consumo energético en ciudad es más bajo y es poco probable agotar la batería en una sola jornada.
Apoyo al coche eléctrico, pero con condiciones
A pesar de estas críticas, la OCU mantiene su respaldo a la movilidad eléctrica por razones medioambientales, por facilitar el acceso sin restricciones a las Zonas de Bajas Emisiones, y por el ahorro económico, dado que el coste por kilómetro se ha igualado al de los coches de combustión interna.
Actualmente, según la organización, hay más de 40 modelos eléctricos disponibles por debajo de los 35.000 euros. Incluso se pueden encontrar opciones por menos de 16.000 euros.
No obstante, recalca que la expansión del vehículo eléctrico solo será posible si se mejora de forma significativa la infraestructura de recarga. Considera fundamental instalar puntos de carga lenta a precios accesibles en espacios públicos —especialmente pensados para los millones de usuarios sin garaje—, así como cargadores rápidos en autopistas para facilitar los desplazamientos de largo recorrido. Además, insiste en que debe permitirse el pago con tarjeta, efectivo o una aplicación unificada.
También reclama una gestión más ágil de las ayudas contempladas en el Plan MOVES III. En concreto, propone que el importe del incentivo se descuente directamente al momento de la compra, sin obligar al usuario a esperar meses para recibirlo, como ocurre en la actualidad. La organización subraya que el acceso a la movilidad sostenible no debería ser un privilegio reservado a unos pocos.
En este punto, la OCU coincide con otras voces del sector de la automoción que desde hace años solicitan que las subvenciones se otorguen de manera directa, tal y como ya sucede en otros países europeos.
Actualmente, el procedimiento obliga al comprador a abonar primero el coste total del vehículo y después tramitar la ayuda, lo que en algunos casos puede suponer una espera de hasta un año. Durante el periodo en que el Plan MOVES quedó suspendido, se llegó a especular con la posibilidad de que las subvenciones se aplicaran directamente, pero finalmente esa reforma no se materializó.
Fuente | autoblid.es