En la última década, la movilidad eléctrica ha experimentado una transformación profunda. Los primeros vehículos eléctricos se enfrentaban a grandes limitaciones: escasa autonomía, sistemas poco fiables y una red de recarga prácticamente inexistente. Hoy, esos problemas se han reducido notablemente gracias a los avances tecnológicos, con baterías más eficientes y vehículos que igualan en fiabilidad a los modelos de combustión.
Sin embargo, persiste un desafío que continúa frenando la expansión del coche eléctrico en España: la falta de infraestructura de recarga ultrarrápida, especialmente aquella que permite obtener una carga completa en menos de 15 minutos.
Solo el 4 % de los puntos son ultrarrápidos
Según el último Barómetro de Electromovilidad de ANFAC, a finales de septiembre de 2025 España contaba con 52.107 puntos públicos de recarga, una cifra que, aunque en crecimiento, evidencia un problema estructural.
De ese total, solo 2.080 estaciones (el 4 %) disponen de potencias iguales o superiores a 250 kW, es decir, las que permiten recargar un vehículo eléctrico en un cuarto de hora.
Estos datos sitúan a España por debajo de la media europea en despliegue de infraestructura ultrarrápida, un factor clave para el uso cotidiano del coche eléctrico y para la expansión de las flotas profesionales, como taxis o vehículos de transporte urbano.
Castilla y León, Andalucía y Cataluña lideran
Las comunidades con mayor número de puntos de alta potencia son Castilla y León (357), Andalucía (277) y Cataluña (268).
No obstante, el informe revela otro dato preocupante: el 22 % de los puntos públicos están fuera de servicio, lo que equivale a 14.643 unidades inoperativas por problemas técnicos, trámites pendientes o deficiencias en el mantenimiento.
Un freno a la movilidad eléctrica
Este desequilibrio entre cantidad y calidad de la red afecta especialmente a los desplazamientos de largo recorrido, donde la posibilidad de recargar en pocos minutos es determinante.
Aunque la penetración del vehículo electrificado en España alcanzó recientemente el 29,3 %, sigue muy por debajo de la media europea del 43,1 %.
Los fabricantes, principales impulsores
Siete de cada diez puntos de carga rápida en España proceden de proyectos impulsados por los propios fabricantes de automóviles, lo que refleja la falta de coordinación entre el sector energético y las administraciones públicas.
La industria reclama una mayor implicación institucional para asegurar un despliegue planificado, equilibrado y eficiente de la red de recarga.
Un reto para la próxima década
Aunque actualmente pocos modelos admiten potencias de carga de 250 kW, todo apunta a que este nivel será el nuevo estándar en los próximos años.
Por ello, expertos y asociaciones del sector coinciden en que el crecimiento cuantitativo debe ir acompañado de un salto cualitativo: más puntos, más potentes y plenamente operativos.
Solo así se podrá garantizar una transición real hacia una movilidad eléctrica eficiente, competitiva y sostenible, en la que el tiempo de recarga deje de ser una barrera y se acerque, por fin, a la rapidez del repostaje tradicional.
Fuente | hibridosyelectricos.com