Ventas decepcionantes, promesas incumplidas y factores políticos: Tesla enfrenta una crisis perfecta y sus acciones lo reflejan

  • Tesla enfrenta una caída en sus acciones que amenaza con romper una posible burbuja
  • Las ventas de la compañía en todos los mercados, incluido China y Europa, han sido muy bajas en 2025
  • BYD ha presentado un sistema de conducción autónoma que amenaza directamente a la gran esperanza de Tesla

Llevamos 43 días del año 2025 y Elon Musk ha vivido una montaña rusa de emociones. En menos de un mes y medio ha confirmado que es uno de los hombres fuertes del Gobierno de Donald Trump, con polémica investidura incluida, y al mismo tiempo ha visto perder cientos de millones de euros de su fortuna.

Tesla tiene mucha culpa.

Un desplome. Tesla terminó el año 2024 pidiendo la hora y las consecuencias han empezado a notarse en este 2025. El 17 de diciembre del año pasado, las acciones de Tesla costaban 479,86 dólares. Desde entonces, la caída ha sido sostenida, a pesar de un pequeño repunte una semana más tarde.

Sin embargo, las acciones de Tesla han caído hasta costar 328,50 euros en el momento que escribimos estas líneas. Es un desplome de más del 30%, devaluando la acción casi un 25% en lo que llevamos de año. Y la caída ha sido especialmente acusada en lo que llevamos del mes de febrero. Hace menos de dos semanas, la acción superaba por poco la barrera de los 400 euros.

¿Qué ha pasado? Los motivos que se están esgrimiendo para explicar la caída son muchos y variados pero se pueden resumir en algunos puntos clave:

  • Malos resultados de la compañía
  • La vertiente política de Elon Musk
  • Los anuncios de la competencia y, en especial, de BYD

Malos resultados. El final de año para Tesla fue complicado. La compañía buscó, por todos los medios, impedir que el año 2024 se convirtiera en el primer año de «no crecimiento». La compañía redujo precios, ofreció financiación al 0% y recargas gratuitas para tratar de llevar las cifras de ventas por encima de 2023 pero no terminó de conseguirlo.

Eso ha dejado una importante resaca en su mercado. En 2025, las matriculaciones se han desplomado lo que indica que podrían haber metido en la red comercial más vehículos de los que podía asimilar y a los que ahora tiene que dar salida. En Stellantis saben bien de lo que hablamos, con una crisis en Estados Unidos por este motivo que ha terminado con Carlos Tavares fuera de la dirección de la compañía.

Un 2025 que no empieza nada bien. En los primeros compases de 2025, las ventas de Tesla han caído de forma muy dura. Todavía es pronto para saber qué le deparará el año a la compañía de Elon Musk pero en China, el principal mercado de la empresa, han caído con dureza.

Tesla tiene en Europa un buen caladero para seguir explotando. Sin embargo, sus ventas en Alemania (por volumen, principal mercado europeo del coche eléctrico) reflejan caídas de casi el 60% en enero. En Francia (segundo mercado) también han superado esa barrera y en mercados más frágiles como el español, la variación es todavía más llamativa con un descenso del 75%. No son buenas perspectivas a corto plazo.

Un Tesla Model Y renovado. Pero más caro y sin dar solución a las exigencias del mercado chino. Los clientes del mercado local están virando posiciones hacia los modelos más tecnológicos y avanzados pero, sobre todo, hacia las marcas que son capaces de evolucionar muy rápidamente sus coches.

El cambio de paradigma es tal que CATL ha empezado a inventarse el término de «coche eléctrico inteligente». Renovar la imagen sin ofrecer grandes añadidos o nuevos alicientes a nivel de software, siguiendo los ritmos que marcaba la industria tradicional del automóvil, puede no ser suficiente para Tesla en China.

Elon Musk y la política. Posicionarse como uno de los hombres fuertes del Gobierno de Donald Trump puede servirle a Tesla para acelerar los planes para poner en las calles el Tesla Cybercab y tratar de quemar etapas que a otros fabricantes les ha costado años y miles de millones de dólares.

Sin embargo, hay varios aspectos a tener en cuenta:

  • El rechazo que ha provocado Musk con sus actitudes y declaraciones.
  • De momento, Donald Trump ha apostado por levantar aranceles al aluminio y el acero, claves para la industria del automóvil. Una decisión que, todo indica, encarecerá el producto y dificultará generar mayores márgenes de beneficio.
  • Un enfrentamiento entre Estados Unidos y China puede complicar las cosas a Tesla en el país asiático

Aunque nadie en Europa y Estados Unidos sigue sin ofrecer la relación autonomía/precio de la que presume Tesla, lo cierto es que los fabricantes occidentales están lanzando más y más productos al mercado para rivalizar con la compañía de Elon Musk.

Quizás son coches de menor tamaño o de mayor consumo pero cada vez son más los vehículos que se sitúan en precios de entre 25.000 y 30.000 euros que, si se es consciente de las necesidades del hogar o de las pequeñas incomodidades que pueden tener en viajes largos, son más que válidos para la gran mayoría del público potencial.

Una bomba llamada «Ojo de Dios». Más allá de la competencia europea, en China Tesla se juega buena parte de sus resultados económicos. En ese mercado se vive en una guerra de precios continua donde la propia compañía de Musk ha participado para tratar de barrer competidores y dejarlos por el camino.

Pero BYD ha lanzado una bomba: ofrecerá gratuitamente sus sistemas de conducción autónoma (supervisada) en todos los coches eléctricos, sean de la gama que sea. Su BYD Seagull, su modelo más vendido porque tiene un precio de derribo que al cambio directo se queda por debajo de los 10.000 euros, también contará con lo que la compañía llama «Ojo de Dios».

La noticia es especialmente relevante porque Tesla ha querido hacer de la conducción automatizada uno de sus grandes alicientes para vender sus coches. Pero, sobre todo, creía que podía ser un nuevo negocio a explotar con suscripciones y la compra de las funciones a un precio de miles de euros.

Regalando este sistema, que está vitaminado con DeepSeek, BYD ha lanzado un misil a la línea de flotación de Tesla invalidando el argumento de su Autopilot, que tanto les está costando hacer funcionar en China, es un valor diferencial.

El impacto ha sido tal que en los últimos cinco días la acción de Tesla ha caído casi 60 euros y el descenso ha sido mucho más acusado en las últimas dos jornadas. Al mismo tiempo, la acción de BYD no ha dejado de crecer. En los últimos cinco días se ha disparado más de un 20% y entorno a un 22% en lo que llevamos de 2025.

Fuente | xataka.com

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