Un 22% de cuota que irá aumentando por tramos, y por ejemplo en 2024 subirá hasta el 28%, al 33% en 2025, al 38% en 2027, al 52% en 2028, al 66% en 2029, al 80% en 2030 y finalmente hasta llegar al 100% en 2035, cuando se prohibirán las ventas de nuevos coches dotados de motor de combustión, incluyendo los híbridos.
Este programa, como es habitual, ofrece una alternativa para aquellas marcas que claramente no podrán cumplir con las cuotas. A cambio, podrán adquirir créditos de emisiones de los fabricantes que tengan excedentes. Algo que beneficiará a las marcas que más han apostado por la electrificación, y entre las que mayor partido sacarán de esto está Tesla, pero también los grupos chinos.
Estas excepciones también tendrán sus condiciones, y de esa manera durante el primer año, los fabricantes pueden adquirir de terceros hasta el 75% de su objetivo anual, cayendo al 25% en 2026.
Un proyecto que desde el gobierno británico se ha calificado como “uno de los sistemas regulatorios más avanzados y ambiciosos de su tipo en el mundo” que busca expandir la movilidad eléctrica, y además apoyando a los compradores que no tienen ayudas directas para la adquisición, pero sí otras como el incentivo de 350 libras para la instalación de un punto de recarga privada.
Desde la industria también se ha acogido la medida con optimismo. Según el jefe de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores (SMMT): «Con menos de 100 días para el final, los fabricantes finalmente tienen claridad sobre lo que deben vender el próximo año y hasta 2030. La industria está invirtiendo miles de millones en descarbonización y reconoce la importancia de este mecanismo como la medida más importante para lograr las cero emisiones. Cumplir el mandato supondrá un desafío para la industria, a pesar de las flexibilidades ahora incluidas para apoyar una ejecución pragmática y equitativa dado este sector diverso.»
También interesante la reflexión de Jakob Pfaudler, director ejecutivo de la asociación de conductores de Reino Unido (AA): “El anuncio de hoy aporta claridad para ayudar a respaldar la inversión en vehículos eléctricos y tecnologías e industrias asociadas.»
Un esquema que esperan acelere la implantación de los vehículos eléctricos en el mercado, en un sistema como hemos dicho muy similar al puesto en marcha en 2019 por China, que obligaba a las marcas a alcanzar el 10% de ventas en 2019, y llegar a un 12% en 2020. Eso si, en el caso de China, se han incluido los híbridos no enchufables en la ecuación, aunque los eléctricos puros tenían su propia cuota aparte.
Un programa chino que buscaba que para 2025 el 25% de las ventas fuesen coches eléctricos. Una cifra que han logrado cumplir, e incluso superar, ya este 2023. Algo que nos indica que el sistema ha sido todo un éxito.
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