Cepsa, responsable del producto, tiene prevista su fabricación a gran escala en la refinería de La Rábida, en Huelva
Hace unos meses que Repsol ponía en el mercado su alternativa a los combustibles sintéticos, se trata de los combustibles renovables, también conocidos como biocombustibles avanzados de segunda generación.
A diferencia de los combustibles sintéticos, que se obtienen a partir de agua y grandes cantidades de energía, estos biocombustibles se obtienen a partir de deshechos orgánicos, entre los que se incluyen desde aceites usados hasta restos vegetales de cosechas, basuras e incluso algas, materias primas abundantes y sin ningún coste negativo para el planeta.
Sostenibles
El punto de encuentro entre estos carburantes y las combustibles sintético está en las bajas emisiones de ambos. Es cierto que a día de hoy los combustible sintéticos pueden ser ya considerados como cero emisiones, mientras que en el caso de los biocarburantes el nivel de emisiones de CO2 ha logrado reducirse en un 90 % durante todo el proceso de vida útil, desde su fabricación hasta su utilización.
Tal y como confirman ambas petroleras, es más que probable que puedan alcanzarse las cero emisiones en un par de años.
Más barato que los sintéticos
La principal ventaja de estos biocarburantes es su precio, pues a día de hoy y con una producción limitada de los mismos, el litro tiene un precio que rondaría los dos euros en ambos casos, muy alejado de los entre tres y cinco euros que podría costar el litro de carburante sintético, un producto que a día de hoy tan sólo fabrica Porsche en una pequeña factoría ubicada en Chile.
Este tipo de carburantes tiene un largo recorrido por delante si finalmente Bruselas los incluye dentro de la excepción que permitirá seguir circulando a los coches de explosión más allá de 2035 y de 2050 siempre que homologuen cero emisiones.
Mecánicamente este tipo de carburante no presenta el menor problema para los coches que los utilicen, pues en la actualidad firmas como Stellantis ya ha confirmado que hasta un 90 % de sus familias de motores son compatibles con los mismos sin apenas modificaciones mecánicas.
Pero hay que esperar a la propuesta de Bruselas, pues a día de hoy tan sólo mantiene la puerta abierta a los combustibles sintéticos a petición de Alemania.
A día de hoy ambas petroleras lo han lanzado como sustitutivo del gasóleo, si bien en un futuro existirá una variante válida para los coches de gasolina. Cepsa lo vende por ahora en tres gasolineras en todas España, una de ellas ubicada en el madrileño barrio de Vallecas al pie de la A-3, con una previsión de alcanzar las 20 estaciones de servicio en 2024, mientras que Repsol lo ofrece ya en 25 puntos de a península.
El Debate