La industria automotriz europea está en crisis. El enfriamiento de la demanda de coches eléctricos, la competencia extranjera y la entrada en vigor de cara al año que viene de los nuevos objetivos de emisiones comunitarios están poniendo a los fabricantes en una situación cada vez más comprometida, lo que podría conducir a despidos masivos.
Por este motivo, ACEA pidió la semana pasada «medidas urgentes» para reactivar las ventas de coches eléctricos, instando además a la Comisión Europea a que revise los límites de emisiones. De lo contrario, la industria podría enfrentarse a multas de miles de millones de euros, lo que debilitaría aún más su situación actual.
«En este momento estamos manteniendo muchas conversaciones. Estamos informando a los responsables políticos sobre cuál es el problema, cuáles son las preocupaciones y cuál es el contexto de esas preocupaciones», ha declarado Sigrid de Vries, directora general de ACEA, durante una reciente entrevista concedida a Bloomberg Television.
El grupo de presión considera que hay varios factores que están ralentizando la adopción de coches eléctricos: la lenta expansión de la infraestructura de carga, un entorno de fabricación cada vez menos competitivo, la reducción de las ayudas a la compra en mercados como Alemania, y la falta de un suministro seguro de materias primas y baterías.
Stellantis se desmarca del resto de fabricantes europeos
ACEA afirma que las normas europeas actuales no tienen en cuenta los últimos cambios geopolíticos y económicos, lo que erosiona todavía más la competitividad del sector. De acuerdo con la asociación, el dinero que tendrán que destinar las empresas a multas por no cumplir con los nuevos objetivos de emisiones podría invertirse en la transición a la movilidad eléctrica.
Es interesante señalar que el grupo Stellantis, que abandonó ACEA en 2022, se muestra contrario a revisar los límites de emisiones. «Todo el mundo conoce las reglas desde hace mucho tiempo y ha tenido tiempo para prepararse», señalaba hace apenas unos días Carlos Tavares, CEO de conglomerado franco-italiano.
Luca de Meo, CEO del Grupo Renault y actual presidente de ACEA, defiende por su parte la necesidad de adoptar medidas extraordinarias. «Si los vehículos eléctricos se mantienen en el nivel actual, la industria europea podría tener que pagar 15.000 millones de euros en multas o renunciar a la producción de más de 2.5 millones de vehículos. La aceleración de la producción de modelos eléctricos es la mitad de la que necesitaríamos para alcanzar los objetivos que nos permitirían no pagar multas».
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