La situación de la industria automotriz alemana es crítica. Las ventas de coches eléctricos se han hundido tras la desaparición de los subsidios a la compra, lo que ha obligado a las autoridades a recuperarlos
A finales del año pasado, el Gobierno alemán anunció de la noche a la mañana la supresión del programa de ayudas a la compra de coches eléctricos. Esta decisión se tomó después de que el Tribunal Constitucional Federal declarara ilegal la asignación de fondos inicialmente reservados para luchar contra la pandemia de COVID-19 a proyectos de protección del clima.
Como consecuencia directa, las ventas de este tipo de vehículos se han hundido estrepitosamente; sin ir más lejos, las matriculaciones cayeron un 69% interanual el pasado mes de agosto. Por si esto fuera poco, este retroceso está arrastrando consigo al resto de Europa, ya que Alemania es el mercado más grande del viejo continente en términos de volumen.
Como ya advertimos hace más de medio año, este movimiento ha abocado a la industria alemana a una crisis sin precedentes, pues tras haber destinado el grueso de sus inversiones al desarrollo de coches eléctricos en respuesta a los planes de la Unión Europea para prohibir la venta de automóviles nuevos con motor de combustión interna a partir de 2035, Alemania retiró el apoyo estatal antes de que los costes bajaran lo suficiente como para permitir la paridad de precios con los modelos térmicos.
Durante meses, tanto el SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania) como el FDP (Partido Democrático Libre) han rechazado recuperar las subvenciones, una postura compartida por el principal partido de la oposición, la CDU (Unión Demócrata Cristiana). Solo Los Verdes han defendido la necesidad de reintroducir las ayudas.
El Grupo Volkswagen advierte del posible cierre de plantas en Alemania
Sin embargo, el reciente anuncio de que Volkswagen podría cerrar algunas de sus plantas alemanas con el objetivo de reducir costes y atajar su sobrecapacidad de producción parece haber encendido las alarmas en el Gobierno, que ha acordado una reducción de impuestos para impulsar la demanda.
Según el proyecto aprobado el pasado miércoles, las empresas podrán deducir hasta el 40% del valor de los vehículos cero emisiones recién adquiridos en la declaración de impuestos durante el año de su compra, porcentaje que se irá reduciendo progresivamente hasta el 6% a finales de la década; además, se ha elevado el límite de precio de 75.000 a 95.000 euros.
El ministro de Economía, Robert Habeck, ha añadido que se introducirán las medidas necesarias para apoyar a la industria autóctona y hacer más atractiva la movilidad eléctrica. «La industria del automóvil es la piedra angular de la industria alemana y debe seguir siéndolo». Algunos han querido ver en esto un posible regreso de las ayudas a particulares de cara al año que viene.
«Se trata de una señal importante y correcta que se necesitaba con urgencia, especialmente teniendo en cuenta la interrupción abrupta del bono medioambiental a finales del año pasado y la menor demanda de vehículos eléctricos», ha celebrado la VDA (Asociación de la Industria Automotriz alemana).
Fuente | Handelsblatt y Forococheselectricos