Enagás supedita la construcción del tramo gallego a que exista «interés» entre las empresas
No habrá fondos europeos para conectar Galicia al gran corredor europeo del hidrógeno verde. La Comisión Europea anunció este martes que el hidroducto H2Med y su red troncal formarán parte de la lista de 166 proyectos energéticos de interés estratégico para la UE y, por tanto, podrán optar a subvenciones con carácter prioritario. No así el tramo Guitiriz-Zamora, que ha sido apartado del trazado principal, colgándole el cartel de «no elegible», sin más explicaciones.
Se trata de la única tubería que ha quedado excluida del mapa español. El enlace con Portugal (Celorico-Zamora), el eje Vía de la Plata hasta el Valle del Hidrógeno de Puertollano, el eje que transcurre por la cornisa cantábrica, el valle del Ebro y por el Levante, la conexión con Francia (Barcelona-Marsella) y la infraestructura que atraviesa el país galo (HyFen) hasta el enlace con Alemania (H2Hercules South) sí recibirán dinero y trato preferencial. También se han incluido dos almacenes de hidrógeno y cinco infraestructuras de electrolizadores —obtienen el combustible aplicando electricidad a las moléculas de agua— en Cataluña, el País Vasco, Murcia, Asturias y Andalucía. De Galicia no hay ni rastro.
Según explica Enagás, operador de la actual red de gasoductos, crear los dos enlaces del H2Med (Celorico-Zamora y Barcelona-Marsella) supondrá una inversión de 2.500 millones de euros y unos siete años de obras antes de que el hidroducto pueda entrar en funcionamiento. La factura la podrá sufragar con ayudas europeas, ahora que ha sido declarado Proyecto de Interés Común (PCI) por el potencial que tiene para ayudar a descarbonizar las fábricas europeas, especialmente las alemanas, todavía muy dependientes del gas natural y el carbón.
Galicia tiene un gran potencial de generación de hidrógeno verde porque cuenta con abundancia de dos recursos clave: el agua y el viento. Ya hay proyectadas varias plantas en suelo gallego (como las de As Pontes y Meirama), pero estas iniciativas han tropezado con dos problemas. El primero es que las centrales necesitan abastecerse de la electricidad que producirán los nuevos parques eólicos que se han proyectado en la comunidad y que se están atascando en los juzgados, que han decretado la paralización de un buen número de ellos.
Su futuro, en manos de Enagás
El segundo problema es la incertidumbre en torno al compromiso de Enagás con la conexión de Galicia a la red troncal. Sin una tubería que permita exportar o importar el combustible, la rentabilidad de cualquier inversión en el terreno se verá comprometida y, con ella, la permanencia o la llegada de nuevas industrias: «Esta situación convertiría a Galicia en una isla energética, por lo que haremos todo lo que esté en nuestra mano para intentar evitar que esto suceda», asegura el presidente de la Asociación Gallega del Hidrógeno (AGH2), José Ramón Ferreiro, quien considera que esta situación podría dificultar el desarrollo de los proyectos de hidrógeno en la comunidad, tanto los que ya están en marcha como los que se encuentran en fase de borrador.
De ahí que el sector recibiera este martes la noticia con «indignación y perplejidad». Más si cabe porque estaba previsto que el tramo gallego se incluyera en el proyecto como parte del acuerdo al que llegó en febrero Enagás con Reganosa, por el que la compañía gallega le vendería su red de gasoductos de 130 kilómetros, valorada en 54 millones de euros. Por entonces, Enagás se había comprometido por escrito e incluso ante la Xunta a considerar prioritaria la conexión gallega.
¿Seguirá siendo así tras este revés? Su consejero delegado, Arturo Gonzalo, ha asegurado que la conexión «está entre nuestras previsiones, pues tenemos el convencimiento de que es un hidroducto muy relevante, clave para conectar Galicia con el resto de la red española y apuntalar lo que será el hub energético del noroeste». No obstante, el operador ha supeditado el futuro de la tubería al interés que despierte entre las empresas y consumidores. El 31 de enero del 2024 dará a conocer los resultados de una consulta (no vinculante) que desarrolló para «ajustar los trazados y detectar si hay que incorporar tramos inicialmente no contemplados en los primeros ejes presentados».
La Xunta alerta de que la decisión compromete la viabilidad de inversiones por valor de 250 millones
La exclusión de Galicia del mapa europeo del hidrógeno verde ha generado un gran malestar en el Ejecutivo gallego, que ve peligrar la viabilidad de tres grandes proyectos que suman 250 millones de euros de inversión. Se trata de H2 Pole (As Pontes), H2 Meirama (Cerceda) y Arteixo H2V (Arteixo). También teme que suponga un desincentivo para futuras iniciativas. La Xunta ha acusado de «desidia» al Gobierno central. Su presidente, Alfonso Rueda, responsabiliza al Ejecutivo de Sánchez del fracaso, reprochándole la «falta de compromiso» con unos proyectos «fundamentales» para el futuro de la comunidad.
«Podemos quedar illados enerxeticamente. É inxustificable. Advertimos o risco e hoxe [por ayer] é realidade. Seguiremos buscando alternativas para que Galicia teña a conexión que necesita para crecer», manifestó. El enfado es mayúsculo porque el H2Med y sus ramificaciones podrían contribuir a abaratar los precios de la energía de ciudadanos e industrias «enganchados» a su red —a precios más bajos, más competitivas son las fábricas—, de la que se ha descolgado Galicia.
España regará a fabricantes de turbinas y placas solares con 1.100 millones de euros
La Comisión Europea también autorizó este martes a España a desembolsar 1.100 millones de euros en ayudas públicas a empresas que fabriquen tecnologías limpias como baterías, paneles solares, turbinas eólicas, bombas de calor o electrolizadores —para la generación de hidrógeno verde—, según informa Efe.
El programa de subvenciones será financiado parcialmente con recursos del plan español de recuperación y adoptarán la forma de ayudas directas, según precisó en un comunicado el Ejecutivo comunitario. Los fondos se concederán a más tardar el 31 de diciembre del 2025.
Bruselas considera que esta partida multimillonaria es «necesaria, adecuada y proporcionada» para acelerar la transición ecológica y «facilitar el desarrollo de determinadas actividades económicas, que son importantes desde el punto de vista de la ejecución del plan industrial del Pacto Verde». Ese plan está encaminado a producir componentes claves de las tecnologías de descarbonización en suelo europeo, para reducir la dependencia de proveedores como China.
Las medidas de emergencia energética se podrán prorrogar un año más
Bruselas también ha decidido prorrogar un año más varias de las medidas temporales introducidas durante la crisis energética. Entre ellas se incluye el tope al precio de compra del gas —180 euros el megavatio hora (MWh)— cuando ese hidrocarburo en la UE se dispare respecto al mercado global o normas para compartir gas entre Estados miembros en momentos de escasez. La decisión del Ejecutivo comunitario no incluye la llamada «excepción ibérica» que permite a España y Portugal limitar el precio del gas en el mercado eléctrico, mecanismo validado hasta final de año.
La Voz de Galicia