El aceite de fritura usado es un residuo 100% que podría ser utilizado como combustible

Esta materia prima sirve para fabricar combustibles renovables como el biodiésel. Es hora de activar la recogida y la buena gestión de este residuo

Pescaíto, calamares, buñuelos, rosquillas, croquetas, churros. Hasta la leche gusta frita en España. El aceite forma parte de nuestra cultura y está presente en la cocina de nuestro día a día. En los hogares españoles se consumieron casi 12 litros de aceite por persona en 2021, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Si sumamos al consumo doméstico su uso industrial y en restauración, en España se generan al año unos 150 millones de litros de aceite de cocina usado.

Pero… Una vez utilizado y reutilizado, el aceite se convierte en un deshecho. Y, entonces, ¿qué hacemos con él? ¿Dónde va a parar? El aceite es un residuo 100% aprovechable con una composición de gran riqueza. Debidamente reciclado y tratado, puede tener diferentes vidas en sectores diversos como el de la movilidad, la construcción, el sanitario o el agrícola. Uno de sus usos más prometedores es el de la producción de combustibles renovables, una solución complementaria para alcanzar la descarbonización que favorece la economía circular y que ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. “El aceite usado es un residuo al que hay que darle una salida y una oportunidad excelente es utilizarlo como materia prima para fabricar biocombustibles avanzados“, asegura Rafael Roldán, investigador del Repsol Technology Lab. “Con su aprovechamiento podemos generar este tipo de combustible renovable que es cero emisiones netas y puede utilizarse en los motores actuales de coches, camiones, aviones o barcos”, cuenta el experto.

 

  1. Se fabrican a partir de residuos orgánicos y materias primas renovables – como hidrógeno y CO₂ retirado de la atmósfera o restos orgánicos de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria, residuos de biomasa forestal y aceites de fritura usados- y son cero emisiones netas, ya que el CO₂ que emiten es equivalente al capturado previamente por las materias primas empleadas en su producción.
  2. Al reutilizar los residuos como materias primas, fomentan el paso de la economía lineal a la economía circular.
  3. Son una de las principales alternativas para reducir emisiones en el transporte, junto a la movilidad eléctrica y el hidrógeno renovable.
  4. Los combustibles renovables pueden utilizarse en cualquier vehículo. Son compatibles con los motores de combustión actuales y con las infraestructuras de distribución y repostaje existentes.
  5. El combustible que repostamos hoy día en las estaciones de servicio contiene más de un 10% de combustibles renovables.
  6. Son una solución disponible y eficiente para la aviación, el transporte marítimo y el transporte por carretera.

Actualmente, la recolección de aceite de cocina ya utilizado en el sector de la hostelería española es elevada. Según cálculos de la Asociación Nacional de Gestores de Residuos y Subproductos de Aceites y Grasas Comestibles (Geregras), el sector Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) recupera el 72% del aceite que utiliza en sus cocinas. En los hogares españoles la cifra no llega al 5%, lo que significa que todavía queda mucha pedagogía por hacer. Pero la cifra de reciclaje se incrementará a partir de 2025, pues la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados establece la obligación de recoger segregadamente el aceite de cocina usado de los hogares a partir del 31 de diciembre de 2024 (las obligaciones de recogida y gestión son de competencia municipal).

Este impulso a la recogida de aceite usado -también llamado UCO (Used Coocking Oil)- para fabricar biocombustibles de baja huella de carbono ha dado ya prometedores resultados en proyectos pioneros en España. En Cartagena (Murcia), Repsol avanza en la construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que producirá combustible a partir de residuos de la industria agroalimentaria, aceites de cocina usados entre otros.

El aceite doméstico usado debe reciclarse llevándolo a un punto de recogida. Antes de llevarlo, espera a que se enfríe y envásalo. Y recuerda no mezclar aceite de cocina sobrante con aceites de motor o grasas industriales.

Empresas, municipios, gestores de residuos y, por supuesto, el ciudadano, suman esfuerzos para dar nuevas vidas al aceite usado. Reciclar el óleo que usamos a diario está al alcance de todos y solo supone un cambio de hábito que puede ser clave para el futuro.

La Vanguardia

 

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