Esta iniciativa llega antes de las elecciones al Europarlamento de junio y es un primer paso para que quede regulada en la próxima legislatura
La Comisión Europea recomienda que en 2040 se llegue a una reducción neta del 90 % de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles que se registraron en 1990.
El estudio que ha aprobado el Ejecutivo comunitario en su reunión semanal supone el inicio de un debate con todas las partes interesadas para que la próxima Comisión presente una propuesta legislativa concreta después de las elecciones europeas de junio.
La comunicación aprobada propone también una serie de condiciones políticas que consideran necesarias para alcanzar este objetivo de reducción y que incluyen el cumplimiento total del marco ya acordado para 2030, garantizar la competitividad de la industria europea, un mayor enfoque en una transición justa que no deje a nadie atrás, igualdad de condiciones con los socios internacionales y un diálogo estratégico con la industria y con el sector agrícola.
La Comisión considera que la reciente reunión de Dubai de la COP28 pone de manifiesto que el resto del mundo avanza en la misma dirección en una política que abre caminos para que la industria europea prospere en nuevos mercados globales para tecnologías limpias.
A pesar de los planes de la Comisión, el Centro para la Investigación sobre Energía y el aire Limpio (CREA) acaba de publicar un informe según el cual en la UE las emisiones de CO2 procedentes de combustibles fósiles han descendido un 8% hasta alcanzar los niveles más bajos en los últimos 60 años.
Según esta organización independiente, el progreso de la UE en la reducción de emisiones se aceleró en 2023, con la segunda reducción más pronunciada después de 2020, que ya estuvo fuertemente influenciada por la pandemia de Covid-19.
Ideas genéricas
Este análisis encuentra que las emisiones de CO2 de la UE han caído a niveles no vistos desde la década de 1960, debido sobre todo a un mix de generación de electricidad basado en tecnologías más limpias.
Por su parte, la Comisión insiste en que establecer un objetivo climático para 2040 «ayudará a la industria, los inversores, los ciudadanos y los gobiernos europeos a tomar decisiones en la próxima década para mantener a la UE en el camino correcto para alcanzar su objetivo de neutralidad climática en 2050 y enviará señales importantes sobre cómo invertir y planificar eficazmente para a largo plazo».
La futura regulación debe basarse en el actual Pacto Verde, que ha sido el centro de esta legislatura, pero llega a su fin y al periodo electoral sometido a fuertes presiones por parte de varios sectores, el agrícola entre ellos y que por ello está dejando algunos de sus objetivos en el camino.
Para los límite de emisiones en 2040 la Comisión tiene por ahora solamente ideas genéricas, como que las inversiones deben basarse en una combinación adecuada de subvenciones, préstamos, capital público y privado.
La fijación del precio del carbono debería seguir desempeñando un papel importante para atraer inversiones en tecnologías limpias y generar ingresos para invertir en la acción climática y apoyo social a la transición energética.
También requerirá el despliegue de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, así como el uso industrial de ese carbono capturado, para lo que a su vez se necesitará una infraestructura adecuada.
ABC