Según un estudio, un 15% de las muertes totales por coronavirus se podrían atribuir a la polución. Es por ello que las ciudades más contaminadas podrían estar sufriendo en mayor medida la pandemia
Wuhan, el norte de Italia, Teherán, Madrid…: ¿Qué tienen en común los primeros lugares en los que el covid-19 hizo estragos? Una posible respuesta es la contaminación.
Aún no se sabe del todo si es cierto que la polución juega un papel en la transmisión de la enfermedad, pero se han ido acumulando indicios de que podría ser asó. La Organización Meteorológica Mundial concluyó en agosto que “la exposición poblacional a la contaminación del aire, en la forma de material particulado, afecta a la severidad de los síntomas de covid-19”.
El último indicio viene de un estudio publicadoen la revista ‘Cardiovascular Research’. Sus autores estiman que un 15% de las muertes totales por coronavirus se podrían atribuir a la exposición de largo plazo a la contaminación –en concreto a las partículas PM2.5 (partículas de diámetro igual o inferior a las 2.5 micras, producidas por ejemplo por los coches).
El estudio generaliza a todo el mundo resultados hallados en trabajos anteriores en Estados Unidos, China e Italia. “Las relaciones halladas en estos tres estudios son sorprendentemente parecidas”, observa Jos Lelieveld, coautor y director del Instituto Max Planck de Química.
El indicio más sólido
El trabajo de Estados Unidos, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Harvard, se considera el más exhaustivo sobre el asunto. Esos científicos llevan analizando desde la primavera datos de 3.000 condados de EEUU. El estudio ha confirmado que los sitios con mayores niveles históricos de PM2.5 tienen mayores niveles de mortalidad por covid-19.
“La exposición poblacional a la contaminación del aire […] afecta a la severidad de los síntomas de covid-19”
Conclusiones del simposio sobre factores ambientales de la pandemia
La conclusión podría parecer una perogrullada. “Sufrir contaminación durante un largo periodo de tiempo aumenta obviamente el riesgo de enfermedades respiratorias. Como el covid-19 es una enfermedad respiratoria, una vez aparezca se encontrará con unos pulmones más vulnerables y será más severa”, razona María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Conclusiones inciertas
No obstante, llegar a conclusiones definitivas no es fácil. El equipo de Harvard tuvo que descontar los efectos de hasta 20 otros factores que podrían interferir con el resultado: desde la edad de la población en cada condado, hasta su densidad, la prevalencia de la obesidad y el tabaquismo, la renta y la disponibilidad de camas de hospital.
Eso tampoco es suficiente para llegar a una conclusión categórica. Para hacerlo, se necesitan estudios que siguen a un gran número de pacientes individuales durante años. El estudio de Harvard usa datos agregados a nivel de áreas geográficas.
“Reducir la contaminación tendría un efecto menor que las medidas sociales de prevención”
Invesitgador del Centro Nacional de Invertigaciones Italiano
“En todo caso, la reducción de la contaminación tendría un efecto menor que las medidas sociales de prevención: distancia, mascarilla, ventilación, lavado de manos, etcétera”, opina Gemine Vivone, autor de un estudio que ha hallado una correlación entre particulado e ingresos en terapia intensiva por covid-19. “Como armas de prevención inmediata, no hay que desviarse de esas medidas. Sin embargo, reducir la contaminación podría ayudar”, observa Neira.
¿Influyen los picos de contaminación?
Entre los asuntos pendientes está el papel de otros contaminantes distintos al particulado, en concreto el NO2. No obstante, la cuestión más candente es el efecto de los episodios de contaminación aguda.
En las primeras fase de la pandemia en Italia, se dieron mucho más picos de polución en el norte que en el sur, algo que fue de la mano con la distribución de la epidemia en ese país, según demostró el equipo de Prisco Piscitelli, subdirector de la Sociedad Italiana de Medicina Ambiental. Piscitelli, también halló ARN del coronavirus enganchado en las partículas del aire de la ciudad de Bergamo, una de las más azotadas.
“Reducir la polución reduce un factor de riesgo importante: no hay que esperar a más evidencia”
Directora del Departamento de Salud Pública y Medio ambiente de la OMS
“Hay beneficios de corto plazo en reducir la contaminación: durante el confinamiento se redujeron las hospitalizaciones por problemas respiratorios agudos”, observa Neira. Jordi Sunyer, experto en calidad del aire del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) discrepa. “El efecto agudo de la contaminación es poco importante. No son suficientes dos o tres meses de confinamiento para contrarrestar el efecto de largo plazo”, concluye.
“Aunque estemos lejos de establecer relaciones de causa y efecto, no cabe duda de que reducir la contaminación sería muy beneficioso para reducir un factor de riesgo importante: no es cuestión de esperar más evidencia”, concluye Neira.
El Periódico de Catalunya