La prohibición de vender coches diésel, gasolina e híbridos, cada vez más cerca

No es una nueva Guerra Fría, pero en Europa comienza a dibujarse un nuevo telón de acero en torno a uno de los debates más intensos de los últimos años: la prohibición de la venta de coches diésel, gasolina e híbridos a partir de 2035. Lo que parecía una normativa ya aprobada y consolidada está ahora en el aire, a la espera de una decisión definitiva de la Comisión Europea, que podría confirmarla o modificarla por completo.

En las últimas semanas, las presiones sobre Bruselas se han intensificado desde distintos frentes. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha intervenido personalmente para intentar calmar las tensiones y aclarar el calendario. En una carta enviada a los Estados miembros el pasado 20 de octubre, Von der Leyen confirmó su decisión de “acelerar la revisión del reglamento sobre las normas de emisión de CO₂ para coches y furgonetas”, con el objetivo de cerrar el debate antes de fin de año.

La decisión, antes de 2026

La Comisión Europea prevé anunciar antes de que acabe el año su postura definitiva sobre si mantendrá la prohibición de la venta de coches de combustión para 2035. El debate ha polarizado al continente: Alemania e Italia presionan para aplazar o incluso eliminar la medida, mientras que Francia y España defienden mantenerla sin cambios.

España y Francia: mantener el rumbo hacia el coche eléctrico

Los gobiernos de España y Francia enviaron recientemente una carta conjunta a los líderes europeos en la que reclaman que los objetivos de emisiones se mantengan intactos. Reconocen las dificultades que atraviesa la industria del automóvil, pero insisten en que los vehículos de cero emisiones son “indispensables” para cumplir con la neutralidad climática de 2050 establecida por la Ley del Clima Europea.

En su carta, ambos países subrayan la inversión millonaria ya realizada por el sector para adaptarse a la nueva normativa y advierten de que “esta elección fundacional, que ha guiado decenas de miles de millones de euros en inversión industrial desde 2023, no debe ponerse en duda”. Además, recalcan que no es aceptable favorecer a los híbridos enchufables más allá de 2035.

Alemania e Italia: a favor del aplazamiento

En el lado opuesto se sitúan Italia y Alemania, dos potencias automovilísticas que han pedido oficialmente revisar o retrasar la prohibición. Ambas naciones firmaron un documento conjunto reclamando cambios en la normativa para suavizar los objetivos de CO₂ y permitir la continuidad de los motores térmicos más allá de 2035.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha llegado a calificar la ley de “ideología de la locura”, asegurando que su Gobierno se opondrá firmemente a ella.

La industria también presiona

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) se ha sumado a las peticiones de revisión. En una carta dirigida a la Comisión, la patronal advierte que el plan actual “debe ir más allá del idealismo” y tener en cuenta las realidades industriales y geopolíticas. Según la ACEA, cumplir los objetivos de emisiones para 2030 y 2035 es, en las condiciones actuales, “simplemente inviable”.

Un debate que marcará el futuro de la movilidad europea

La revisión de esta normativa podría redefinir la estrategia de transición ecológica del continente y determinar el ritmo de transformación de la industria automotriz europea en las próximas décadas.

La decisión final sobre el futuro de los coches de combustión se conocerá antes de que termine el año, en un momento clave para el equilibrio entre competitividad industrial, sostenibilidad y política climática en Europa.

Fuente | autopista.es

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