Una reducción salarial podría afectar a 140.000 empleados en Alemania
Aunque esta misma semana Volkswagen planteó el cierre de tres fábricas en Alemania para hacer frente a la crisis del negocio, el fabricante de coches ha dado con un nuevo plan de ahorro que podría evitar las clausuras, informa Bloomberg. La última propuesta se basa en una reducción del salario a los empleados del 10% y una revisión de los bonus.
“Estamos abiertos a abordar cualquier tipo de discusión que permita alcanzar nuestros objetivos financieros”, ha dicho el representante de la compañía y negociador de Volkswagen, Arne Meiswinkel, a los reporteros en Wolfsburg, donde se encuentra la sede de la de automoción en Alemania. Las declaraciones se han producido tras las negociaciones de este miércoles con los sindicatos.
Meiswinkel ha defendido que la rebaja en el salario, incluso si se lleva a cabo la reducción del 10%, la nómina seguiría siendo atractiva. El recorte podría afectar a los 140.000 empleados de Volkswagen en Alemania.
El lunes, la compañía hablaba de cerrar al menos tres fábricas, algo que no ha ocurrido en 87 años de historia de la casa, por lo que sería la primera vez que se toma una medida de este calibre. Además, ese mismo día, aparte de los cierres, la firma alemana hablaba de despidos y revisiones salariales. Por tanto, el planteamiento de este miércoles supone rebajar algo el tono respecto a hace dos días.
Tras las reuniones de este miércoles, la portavoz sindical, Daniela Cavallo, ha dicho que el último planteamiento es un pequeño gesto, aunque el cierre de plantas todavía no está totalmente descartado. Volkswagen ha sostenido en ocasiones previas que Alemania es cada vez un enclave industrial menos atractivo, menos competitivo.
Volkswagen ha presentado los peores resultados trimestrales el años, que reflejan la debilidad que atraviesa la compañías. Los beneficios han caído un 64%, hasta los 2.860 millones, por debajo de las expectativas. El margen operativo ha sido del 3,8%, la cifra más baja desde la pandemia.
Las ventas desde China, un gran cliente, se han desplomado, mientras que la competencia en Europa es cada vez más fuerte. Además, las compañías de coches están lidiando con la transición hacia el vehículo eléctrico. Una adopción mucho más lenta de lo esperada obligó a la marca a cambiar sus planes de producción.
El Economista