Llamadas a revisión masivas en EE. UU.: los límites de la combustión modernos

Grandes fabricantes de automóviles, entre ellos Toyota, Honda, Ford, Stellantis y General Motors, están afrontando actualmente la revisión de más de 5 millones de motores de gasolina en Estados Unidos, debido a fallos prematuros en motores V6 y V8. Hyundai también estudia sumarse a la lista, lo que evidencia que incluso los motores más avanzados se enfrentan a sus límites tecnológicos.

Motores más potentes, más exigidos

El incremento de potencia por litro en los motores modernos ha llevado a temperaturas y presiones internas mayores, lo que somete componentes críticos como cigüeñales y cojinetes a tensiones extremas. La precisión en el mecanizado y el montaje es ahora crucial: cualquier desviación puede provocar fallos prematuros.

General Motors ha llamado a revisión 721.000 unidades de su motor L87 6.2 V8. Toyota revisará más de 200.000 motores V6 biturbo presentes en pickups y modelos Lexus, y Honda convoca 250.000 vehículos con problemas en las bielas de su motor V6 3.5. Hyundai podría afectar a 3 millones de unidades Hyundai y Kia, con un coste estimado de 5.000 millones de dólares (4.257 millones de euros).

Aceites de baja viscosidad y eficiencia

La transición hacia aceites menos viscosos, que reducen consumo y emisiones, ha reducido la capa protectora sobre las piezas móviles. Esto aumenta la sensibilidad a errores de montaje y desgaste, un factor clave en los fallos reportados en EE. UU.

Dimensión de la llamada a revisión

Ford suma más de 700.000 vehículos afectados por fugas de aceite y fallos en inyectores, mientras Stellantis convoca 112.589 Jeep por partículas de arena en los bloques de motor, un defecto del proceso de fundición ya en corrección, con un coste aproximado de 426 millones de euros.

Implicaciones para la sostenibilidad

Estos incidentes subrayan la complejidad de mantener motores de combustión cada vez más eficientes y limpios. La Unión Europea plantea prolongar su uso más allá de 2035, con reducción del 90 % de emisiones de CO2 frente al 100 % inicialmente previsto. La exigencia tecnológica es elevada, frente a la simplicidad estructural de los motores eléctricos, que no dependen de complejos sistemas de lubricación y montaje para mantener su fiabilidad.

La situación evidencia que la eficiencia y la sostenibilidad de la movilidad dependen no solo de la electrificación, sino también de un desarrollo responsable de los motores de combustión, capaces de equilibrar rendimiento, emisiones y durabilidad.

Fuente | motor.es

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