La expansión del coche eléctrico está transformando por completo el sector del automóvil, pero también está dejando al descubierto serias carencias en la formación y seguridad de muchos profesionales. Mecánicos, gruistas y operarios de talleres coinciden en señalar que el cambio tecnológico ha llegado más rápido que la preparación del sector.
“No tenemos formación en coches eléctricos, y nos la jugamos por 1.500 euros al mes”, denuncia Mario, mecánico con más de diez años de experiencia.
El mantenimiento y reparación de los vehículos eléctricos no se parecen en nada a los de los motores de combustión tradicionales. Además de necesitar una infraestructura de carga aún en desarrollo, estos vehículos incorporan sistemas eléctricos de alta tensión que, mal manipulados, pueden resultar mortales.
Una revolución que deja a muchos atrás
Aunque la electrificación del parque automovilístico avanza a buen ritmo, en muchos talleres la formación técnica no ha seguido el mismo paso. “En los talleres medianos o pequeños apenas se ofrece formación específica. Supongo que en las grandes ciudades habrá más preparación, pero aquí no es una realidad”, explica Mario.
Los profesionales reclaman planes de formación obligatorios y mejor remunerados, ya que, según denuncian, sus salarios no reflejan el riesgo ni la especialización que requiere trabajar con sistemas eléctricos de alto voltaje.
“Cobramos entre 1.500 y 1.800 euros al mes, y da igual que sepas o no sobre eléctricos e híbridos. Cada día entran más en los talleres, y somos nosotros los que tenemos que aprender por nuestra cuenta cómo manejarlos con seguridad”, añade el mecánico.
Riesgos y protocolos
Los bomberos, por su parte, sí cuentan con protocolos específicos para actuar ante accidentes con coches eléctricos o híbridos. En caso de siniestro, lo primero que hacen es asegurar la zona y verificar que no haya fugas de corriente, para después bloquear la batería siguiendo procedimientos que varían según el modelo.
Sin embargo, fuera del ámbito de emergencias, muchos talleres trabajan sin la preparación ni el equipamiento adecuados, lo que aumenta el riesgo de accidentes laborales.
Un cambio que exige apoyo institucional
El avance del coche eléctrico es imparable, pero los profesionales del sector advierten de que sin una inversión real en formación y seguridad, la transición energética podría tener un alto coste humano.
“Nos piden adaptarnos al futuro, pero nadie nos da las herramientas para hacerlo”, resume Mario.
Fuente | eldebate.com
