Toyota reconsidera su estrategia con el hidrógeno tras una década de apuesta decidida
Durante más de diez años, Toyota ha sido la marca automovilística que más firmemente ha defendido el hidrógeno como alternativa viable al coche eléctrico. Desde modelos como el Toyota Mirai hasta proyectos en ámbitos industriales y marítimos, la compañía japonesa ha mostrado una convicción constante en esta tecnología.
En 2014, el entonces presidente Akio Toyoda afirmaba haber “contemplado el porvenir” al presentar el primer Mirai, calificando aquel momento como un “punto de inflexión” en la historia del automóvil.
Una década después, los resultados son decepcionantes
Sin embargo, el panorama actual dista mucho de lo prometido: de los más de 100 millones de vehículos comercializados por Toyota en la última década, apenas 27.500 fueron de hidrógeno, lo que representa tan solo el 0,028% del total.
«No puedo afirmar con seguridad que el hidrógeno tenga un futuro prometedor«, declaraba Hiroki Nakajima, director tecnológico de Toyota, durante un encuentro con la prensa en el circuito Fuji Speedway en noviembre de 2024. Sus palabras reflejan un cambio sustancial en la postura de la marca respecto a una tecnología en la que había depositado enormes esperanzas.
Infraestructura escasa y ventas simbólicas
Uno de los grandes obstáculos sigue siendo la ausencia de una red de repostaje adecuada. Mientras que en España existen más de 38.000 cargadores eléctricos, solo hay 11 estaciones de hidrógeno, y únicamente dos están disponibles para uso general.
Incluso en California, tradicionalmente uno de los mercados más receptivos al hidrógeno, Shell clausuró en febrero de 2024 todas sus estaciones de recarga para turismos.
Toyota cambia el rumbo: del coche particular al transporte pesado
Aunque los coches impulsados por hidrógeno no han conseguido despegar, Toyota no abandona completamente esta tecnología. Su estrategia se está orientando ahora hacia vehículos industriales de gran tonelaje, como camiones, autobuses y furgonetas, donde el hidrógeno presenta ventajas frente a las baterías, como mayor autonomía y tiempos de repostaje más cortos.
A través de Hino Motors, su filial especializada, Toyota ha anunciado una fusión con Mitsubishi Fuso para consolidar esfuerzos. También colabora con Isuzu Motors en el desarrollo de un camión ligero de pila de combustible, previsto para antes de 2030, y ha cerrado contratos de suministro de autobuses de hidrógeno en ciudades como Tokio, Estrasburgo y Madrid.
Alianzas con otros fabricantes para reducir costes
En el ámbito de los turismos, Toyota busca compartir costes de desarrollo mediante acuerdos estratégicos con otras marcas. Su colaboración con BMW incluye el trabajo conjunto en tecnologías de pila de combustible, y el fabricante alemán ya está desarrollando un BMW X5 con hidrógeno. Toyota también mantiene lazos con Hyundai, otra empresa con historial en el impulso de esta tecnología.
En noviembre, la compañía presentó un prototipo de furgoneta híbrida que combina un motor V6 alimentado por hidrógeno y una batería, una configuración inédita a nivel mundial. Este vehículo será puesto a prueba en Australia.
El coche eléctrico gana terreno: mejor tecnología, menores costes
Aunque los vehículos de hidrógeno ofrecen ventajas en ciertos usos, como en la rapidez del repostaje y la autonomía en transporte pesado, la brecha frente al coche eléctrico se está cerrando rápidamente. En China ya existen baterías capaces de recargarse en pocos minutos y con cada vez mayor capacidad energética.
A esta evolución se suma el descenso progresivo en el precio de los vehículos eléctricos. La intensa competencia en el mercado chino y los avances tecnológicos han provocado un abaratamiento significativo de las baterías. Con una tecnología más accesible, fiable y en constante mejora, desarrollar una infraestructura totalmente nueva para el hidrógeno resulta cada vez menos justificable.
El hidrógeno, sin un ecosistema sostenible a corto plazo
La cadena de suministro del hidrógeno aún no es viable a escala comercial. La producción masiva de pilas de combustible continúa siendo costosa, lo que repercute en el precio final. Incluso con apoyos estatales, como en Japón o Corea del Sur, los resultados han sido modestos.
Toyota reconoce que el desarrollo del sector requiere una acción conjunta en cuanto a infraestructura y producto: “No es un dilema del huevo y la gallina. Es más bien como la relación entre la miel y la abeja”, comentaba Nakajima. “Los vehículos y la infraestructura deben llegar al mismo tiempo”.
Fuente | hibridosyelectricos.com