Como suele decirse en el ámbito comercial, todo lo que sube, tarde o temprano, acaba bajando. Y si hace apenas unos meses muchos países encendían las alarmas ante el crecimiento vertiginoso de la industria automotriz china, los últimos datos —filtrados por la Administración General de Aduanas del país y difundidos por Bloomberg— reflejan un cambio de tendencia: las exportaciones de vehículos eléctricos se han desplomado un 18% a nivel global durante el pasado mes de febrero, situándose en 92.625 unidades.
Entre los principales factores que explican esta caída destacan la entrada en vigor definitiva de los aranceles a las importaciones en la Unión Europea, el recorte de ayudas públicas en varios países del continente y el repunte en la demanda de vehículos híbridos enchufables (PHEV). A todo ello se suman los flojos resultados de Tesla en lo que va de año, una marca clave para el mercado europeo dado que su Model 3 —uno de los modelos más vendidos— se fabrica en China para su distribución en Europa.
El dato global del -18% apenas disimula desplomes mucho más acusados en algunos mercados estratégicos. Mientras que en países como Tailandia la caída se ha mantenido en línea con la media, con un descenso del 17%, en otras regiones las importaciones procedentes de China se han desplomado hasta un 50%. En muchos casos, se trata además de vehículos eléctricos fabricados en territorio chino por marcas occidentales, como ocurre con el citado Model 3.
Según datos recopilados por Bloomberg, en febrero las exportaciones de vehículos eléctricos chinos hacia Corea del Sur se desplomaron un 51%, con apenas 3.151 unidades registradas. España se situó justo detrás, con una caída del 49% en las importaciones, que se redujeron a solo 2.664 unidades. En Bélgica, la tendencia fue similar, con un descenso del 41% durante ese mismo mes.
Si se analiza el acumulado anual, el panorama se suaviza ligeramente, aunque España encabeza el retroceso: con 4.558 unidades importadas, el descenso interanual alcanza el 28%. En el caso belga, aunque la caída porcentual pueda parecer menos alarmante, el impacto adquiere otra dimensión si se tiene en cuenta el rol estratégico del país como punto neurálgico en la red de distribución china en Europa. No en vano, de los 92.625 eléctricos enviados a la Unión Europea, 10.105 tuvieron como destino final Bélgica.
Ahora bien, el alarmismo promovido por algunos gobiernos europeos no parece respaldarse con las cifras reales. Aunque Europa se posicionó como el segundo destino de las exportaciones chinas en febrero, con 28.866 unidades, su volumen es prácticamente la mitad del registrado en Asia, que lideró con 47.960 unidades.
En tercera posición quedó América Latina y el Caribe, con 12.097 vehículos eléctricos importados. Más llamativo resulta el caso de Estados Unidos, donde apenas se enviaron 163 unidades durante febrero, lo que supone una caída del 97%. En lo que va de año, el total asciende a tan solo 1.323 unidades, un desplome del 83% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
En conjunto, durante los 27 días de febrero, las exportaciones globales de eléctricos desde China retrocedieron un 30%. Si se considera el acumulado anual hasta ese momento, las 82.886 unidades exportadas suponen un descenso interanual del 14%.
África ha sido el único continente donde las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China experimentaron un crecimiento en febrero. El aumento fue del 87%, con 1.275 unidades, y en el acumulado de los primeros 59 días del año se alcanzaron las 4.317 unidades, lo que supone un espectacular repunte del 240% respecto al mismo periodo del año anterior.
En la misma línea, países como México, Turquía e Indonesia también registraron incrementos notables en sus compras. En febrero, las importaciones desde China crecieron un 623%, 130% y 79% respectivamente. Sin embargo, en términos acumulados, es Turquía la que lidera con fuerza: ha aumentado sus importaciones un 704% en lo que va de año, con un total de 19.672 unidades.
Fuente | elperiodicodelaenergia.com