Tesla reconfigura su cadena de suministro: menos China, más México e India

Tesla ha puesto en marcha una de las mayores reordenaciones industriales de su historia con un objetivo muy claro: dejar de depender de componentes fabricados en China para sus vehículos producidos en Estados Unidos antes de 2027. La decisión llega como respuesta directa al nuevo escenario arancelario, que fija impuestos del 25% para las piezas procedentes del gigante asiático, un sobrecoste potencial de miles de millones de dólares anuales.

Adiós a los componentes chinos, hola México e India

Según fuentes del sector, la compañía ya ha trasladado a su red de proveedores que deberán trasladar parte de su producción a otros polos industriales, principalmente:

  • México
  • India
  • Países del sudeste asiático

Tesla asume que este movimiento puede encarecer la producción entre un 10% y un 15%, pero considera que ese esfuerzo es menor que el impacto de los nuevos aranceles. Además, la compañía interpreta este giro como una oportunidad para que Estados Unidos recupere empleo industrial, especialmente en estados como Texas y Arizona, donde concentra buena parte de su capacidad productiva.

Presión política, aranceles y cambio de modelo

Las señales de este giro se han ido acumulando durante los últimos meses:

  • Nuevos modelos como el Cybercab o el Semi ya se han visto afectados por incrementos fiscales.
  • Elon Musk ha reconocido públicamente que los aranceles “no son un tema menor” para el negocio.
  • Informes del sector apuntan a que las plantas de Fremont y Austin han comenzado a exigir baterías, electrónica y componentes estructurales sin contenido chino.

El reto es enorme: muchas de esas piezas se han producido históricamente dentro del ecosistema industrial chino, por lo que el rediseño logístico y productivo implica una transformación profunda de la cadena de valor del vehículo eléctrico.

México e India, piezas clave en la nueva geoestrategia industrial

Mientras Tesla acelera la ampliación de capacidades en México para fabricación y ensamblaje, también ha abierto conversaciones con empresas indias del sector de los semiconductores, uno de los segmentos más críticos para el automóvil eléctrico y conectado.

El objetivo es doble:

  • Reducir la dependencia tecnológica de China.
  • Blindarse frente a futuros incrementos arancelarios sobre productos tecnológicos asiáticos.

Esta estrategia se enmarca en un contexto en el que la administración estadounidense ha confirmado el mantenimiento, e incluso la posible ampliación, de los impuestos a productos de origen chino.

Más empleo en EEUU, más costes, pero menos riesgo

Las estimaciones apuntan a que, pese al incremento de costes productivos, Tesla podría evitar entre 2.000 y 3.000 millones de dólares anuales en aranceles con este movimiento. Parte de la producción que hoy está externalizada podría regresar a suelo estadounidense, con proyecciones de crecimiento de empleo de hasta el 20% en los estados donde la marca concentra su actividad.

Para los analistas, la maniobra de Tesla puede convertirse en un punto de inflexión para toda la industria automotriz estadounidense:

  • Otros fabricantes, como General Motors, ya estarían estudiando calendarios similares para desengancharse de proveedores chinos en torno a 2027.
  • La relocalización productiva y la diversificación geográfica del suministro empiezan a verse como una tendencia estructural, empujada tanto por las tensiones geopolíticas como por la nueva arquitectura arancelaria.

En este contexto, la transición hacia el vehículo eléctrico no es solo tecnológica: es también industrial, geopolítica y estratégica. Y Tesla, una vez más, se sitúa en el centro de ese cambio.

Fuente | ambito.com

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