Los puntos de recarga en la ciudad decrecen pese al incremento de las ventas; casi la mitad de los distritos, 9 de 21, carece de este servicio
Fernando lleva 20 minutos esperando junto a su coche eléctrico, que se encuentra conectado a un punto público de recarga en el Paseo de la Castellana. Lo ha comprado en este primer cuatrimestre de año, al igual que otros casi 2.000 nuevos usuarios de este tipo de vehículos en la Comunidad de Madrid, una cifra sin precedentes tanto a nivel regional como nacional. «No volvería atrás en mi decisión de pasarme al eléctrico, aunque espero que la red de enchufes por la ciudad crezca más rápido», afirma
«No vivo ni trabajo cerca, pero suelo desviarme de mi ruta para recargar aquí porque es un lugar intermedio y a ciertas horas es más tranquilo de lo que parece, siendo una zona de oficinas y mucho tráfico», relata mientras las baterías alcanzan una capacidad decente para proseguir con su trayecto vespertino de vuelta a casa. Le gustaría poder hacerlo en su lugar de residencia, pero no puede: «No tengo plaza de aparcamiento habilitada y el Ayuntamiento no ha instalado ningún puesto de recarga cerca de mi zona. Me apaño con lo que hay».
Su distrito, Vicálvaro, no es el único que carece de este tipo de servicio. Casi la mitad -nueve- de los 21 que componen la capital carecen de enchufes públicos de recarga, según la información recopilada en el portal municipal de datos abiertos. Se trata de Carabanchel, Latina, Moncloa-Aravaca, Moratalaz, Puente de Vallecas, Tetuán, Usera y Villaverde. En el extremo opuesto se encuentran Chamberí y Salamanca, los que más tienen, con siete cada uno.
En total, la ciudad cuenta con 34 estaciones, de las cuales sólo 24 se encuentran en la vía pública. La gestión corre a cargo de dos empresas -IBIL y GIC- con las que el Consistorio firmó un acuerdo. Los usuarios deben adquirir una tarjeta de prepago o contrato a través de estos gestores y pagar en los terminales por la energía consumida.
En Madrid hay actualmente matriculados más de 12.000 vehículos eléctricos, según la última actualización de los datos estadísticos de la Dirección General de Tráfico (DGT), estando más de 5.300 de ellos en la capital. Esto significa que la ciudad cuenta con solo un punto público de recarga por cada 155 vehículos.
Las matriculaciones no dejan de aumentar y, si en 2017 la región madrileña lideró este apartado con casi 5.000, en el primer cuatrimestre de 2018 ya han sumado otras casi 2.000. Sin embargo, los puntos municipales de recarga no solo no han aumentado, sino que se han reducido ligeramente, ya que el año pasado se contabilizaban 37. Los distritos más perjudicados con el cambio son Latina y Tetuán, que contaban cada uno con un terminal con varios enchufes y lo han perdido. Todo lo contrario que Villa de Vallecas y Barajas, que no disponían de ninguno y ahora tienen dos y uno, respectivamente.
Plan A contra la contaminación
El Ayuntamiento argumenta que los puntos de recarga en la vía pública “solo están concebidos para cubrir necesidades puntuales de los usuarios de vehículos eléctricos, que generalmente deberán disponer de uno propio en origen o destino de su trayecto”. La estrategia actual se enmarca en el Plan A de Calidad de Aire y Cambio Climático, impulsado durante la presente legislatura y que cuenta con 30 medidas para frenar la contaminación.
Una de las principales es la ampliación de estos puntos a través de la red de aparcamientos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Ya se han instalado enchufes en ocho de ellos, sumando un total de 86 terminales de recarga. “La prioridad es renovar los puntos existentes de recarga lenta, que no están adaptados a los requerimientos actuales. En 2018 se instalarán alrededor de 20 nuevos y el objetivo es alcanzar un total de 250 en 2022”, añaden a EL MUNDO fuentes municipales, además de fijar un compromiso: “En 2019 todos los distritos de Madrid contarán con puntos de recarga rápida”.
Las instalaciones municipales no son las únicas en las que los propietarios pueden recargar. El resto de la red está formado, en toda la región, por más de 300 puntos gestionados por empresas privadas. En la mayoría de casos no están autorizadas a vender electricidad, sino que la ofrecen gratuitamente a sus clientes o empleados.
En relación a los puntos de recarga, que AEDIVE cifra en 355 en toda la Comunidad, opina que es una cantidad aceptable, pero “se necesita una red más amplia y adaptada a las necesidades de los usuarios”. Y se centra especialmente en un aspecto: “La carga rápida es fundamental, tanto en ciudad como en itinerancia”. “Dos de cada tres coches en España no tienen una plaza propia de aparcamiento, y en el caso de los eléctricos las recargas se producen principalmente en el hogar o en el lugar de trabajo. Hacen falta soluciones para esos potenciales usuarios”, demanda.
A pesar de estas críticas, Pérez se muestra convencido de que tanto el equipo de Gobierno local como el regional “demuestran una importante sensibilidadhacia la movilidad eléctrica, están trabajando en el despliegue de más infraestructuras de recarga e impulsando la renovación de sus propias flotas contaminantes por vehículos eléctricos”.
Cualquier ciudadano tentado por probar estos coches no contaminantes y experimentar por primera vez sus ventajas en conducción urbana podrá hacerlo en la feria de Vehículos Eléctricos de Madrid (VEM), que se celebrará del 1 al 3 de junio en la Plaza de Colón. Y mientras el interés y las ventas crecen cada año y auguran un futuro prometedor, Pérez tiene claro cuál es el presente: “Madrid ya es un ejemplo y una referencia en movilidad eléctrica, no solo de cara al resto de España sino también en Europa”.
El Mundo